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martes, 1 de abril de 2014

UNA TARDE INESPERADA.




El reloj marcaba cada movimiento de mi corazón, parecía que habían hecho un pacto para que siguiese en aquel extraño lugar, al que me habían obligado a llamar casa y solo eran cuatro paredes llenas de sentimiento y lágrimas.

Respiré profundamente, cerré los ojos y dejé que mi rabia volviera al fondo de mi recuerdos, “hoy yo no tenía derecho a nada, era su día, no el mío”, me repetía una y otra vez cada vez que alguien me decía lo maravillosa que debía de haber crecido allí.

Con lo feliz que estaba hacía escasas 5 horas dentro de ese extraño barco, que Daniel decía que era un velero y a mí me recordaba a una cáscara de nuez con una vela, igual a los que hacíamos en el colegio por el día del padre. Pero era feliz o al menos mi cerebro engañaba a mi corazón diciendo que era allí donde debía estar, con sus ojos grises enseñándome qué diferencia había entre un as de guía y un nudo doble.

Pero ahora, tras 3 horas de avión y 1 de tren después, me encontraba en la vieja casa familiar, porque mi  vieja tía Alejandra  había fallecido, y yo debía sentirme triste, porque había sido muy buena persona, según esa gente que había decidido juzgar cada movimiento de aquella dispar familia que formábamos los Ibáñez.

Yo solo estaba allí, porque mi madre me había llamado desconsolada que me necesitaba con ella, y haciendo de tripas corazón allí me encontraba observando el  viejo árbol, desde la ventana de mi cuarto de la infancia, lleno de muñecas de porcelana que tanto le gustaban a Amanda y tanto odiaba yo. Ese viejo roble con el columpio que tantos y tantos rasguños me había ocasionado pero también muchos sueños cumplidos como… ganar el premio a la saltadora oficial de columpio en movimiento. ¡Qué locuras se nos ocurrían, gracias a mi abuelo Paco! Todavía podía escuchar su voz diciendo  mira Estefanía esto es una araña sé que no te gustan porque son negras, tienen muchas patas y algunas tienen hasta pelo, pero crear una de las cosas más increíbles y maravillosas del mundo. Y yo como tonta decía le ¿el qué? Enséñamelo por favor abuelo.

Mira y señalaba una tela de araña normal, pero él decía que eran mágicas que cuando nadie miraba se iluminaban y tenían poderes para capturar los sueños.

-Estefanía,  ¿estás bien?, tu madre nos espera, regresa de donde estés.

 -Tranquilo abuelo estaba regalándole un sueño a las arañas, ya sabes. Ahora mismo voy.

Jezabel Luguera ©

lunes, 11 de noviembre de 2013

FIEBRE DE SUPERACIÓN



El sol amenazaba con acompañarnos todo el día. Nos preparamos como toda la semana unos pantalones cortos, camiseta de tirantes y nuestra vieja mochila llena de bocatas, mapas y miles de ilusiones.

Echamos el último vistazo a la habitación del hotel, cogimos las llaves de la misma, (muy importe), y nos pusimos las gafas de sol sacadas del baúl de los recuerdos de nuestras abuelas.

Pensé que me traería solo buenos recuerdos de aquella lejana tierra, pero me regaló  la oportunidad de cambiar mi horizonte y superar mis propias metas.

Y ahora,  la mariposa de la superación, me ha provocado la fiebre de querer superar cada obstáculo y ponerme más retos, y todo ello con enmarcado de buenos recuerdos y sonrisas.

Así que ahora soy  yo quien os envía la mariposa para que con sus alas os de ese empuje que cada mañana me regala a mí.

Jezabel Luguera ©

sábado, 20 de julio de 2013

LA BUSQUEDA DEL CARACOL




Aquí estamos otro mes más, en la aventura de intentar escribir algo que meramente nos parezca bueno.

Foncho, ¿de verdad que no te quedaban mejores temas, que los de este mes? porque vamos la antena, un tema… sin miga o como dicen en mi pueblu sin sustancia. Y del otru mejor ni hablamos del otru ehhh, “la residencia” ese lugar donde dicen que los viejos son felices… ¡qué ilusos son estos jóvenes de ahora.

Es una cárcel con pinceladas de guardería ome, porque entre dodotis, quejidos y algún que otro que bien estaba yo en casa… ¿Qué diferencia  puede haber con la guardería de mis nietos? Ehhh ninguna.

Bueno alguna “aila” porque claro mejor no decirla porque luego te tachan de malu o peor de vieju verde…. 

Pero vamos a lo que vamos que me disperso y  me voy del tema. La antena, esto me recuerda a un escrito de Ana, en el que una niña le decía a su madre porque la vieja Fidela “que era sorda como una tapia” (vamos como el mismo que os está contando)… no podía escuchar ni el “pitíu” del tren, la buena mujer le dijo a su hijita que era por causa del caracolillo de su oído, que todos los teníamos pero que el suyo había muerto en raras circunstancias y “claru” no escuchaba nada.

Esto debió de pasar al “míu” porque “claru”, como una tapia no, pero cuando fuimos a Oviedo yo solo veía al escritor y lo que decía, me lo imaginaba. Pensé en buscar otro caracolillu pero… ni en internet que dicen que venden de “to”, no lo encontré, así que me quedo como estoy porque llevamos tantos años juntos que ya me “peda” el pobre así que…. Seguiré diciendo eso de… “HABLA UN POCU MAS ALTU” que mi caracolillu perdió sus antenas y no encuentro con que reemplazarlas.

Jezabel Luguera ©

sábado, 16 de marzo de 2013

MAGIA.


Cuenta la leyenda, que una joven aprendiz de brujería se quedó fascinada, al ver un mago mientras realizaba sus mejores trucos.

 Ella nunca había leído sobre este tipo de magia, era increíble poder hacerla delante de la gente y que esta, le apreciase y no le tachase de brujería y le mandaran a la hoguera.

Pero ¿Cómo lo hacía? ¿Tenía a toda la humanidad bajo un hechizo?, no había duda, era el mejor brujo de la historia. Y Lorena quería aprender de él, ¿de quién mejor?

Se pasaba los días, estudiando los hechizos en la vieja biblioteca y por las tardes no se perdía ninguna de las actuaciones del joven Houdini pero no conseguía ver que hechizos utilizaba y eso la frustraba mucho.

Empezó a convertirse en una obsesión, quería hacer esa magia y dejar de ocultar su verdadero ser.

Tras pasar varias semanas así, el joven Houdini se fijó en ella y la mandó llamar para hablar en su camerino. Lorena estaba tan nerviosa que ni siquiera se había dado cuenta que se había comido, todas las uñas de su mano derecha con esmalte y todo, -"relájate, se decía para sí".

Suspiró hondo y llamó a la puerta del camerino. Desde el otro lado de la puerta una voz poderosa le mandó entrar.

- Bienvenida, ¿te llamas?

-Lorena Nasta, encantada señor Houdini.

- Encantado Lorena me puedes llamar Harry, me he dado cuenta que llevas varias semanas acudiendo a mi espectáculo y mi curiosidad quiere algunas respuestas.

-Pregunte Harry.

-¿Eres una admiradora de mi magia o  de mí?- y una sonrisa aparece en su rostro.

-De su magia, es la mejor que he visto. Llevo varias semanas para poder captar alguno de sus hechizos, pero lo que más me impacta es que no oculta el don que nuestra madre tierra le ha otorgado y la gente le admira ¿Cómo lo hace? ¿Me permite ser su aprendiz?

-Pero que… espera, espera, ¿eres bruja? ¿Mi aprendiz?, creo que tenemos que hablar un poco tu y yo antes de todo esto. Mira Lorena no soy brujo, ya me gustaría a mí tener ese don, la magia que tú ves en mis trucos lo es, porque la gente cree en ella ¿me entiendes?, sin ellos yo solo sería una persona normal, pero lo que tú eres, no necesita espectáculos, ni trucos y mucho menos público. Me siento honrado de que me dejases ser tu aprendiz.

- ¿Cómo? No eres…  No me mientas, he visto como te has escapado de un baúl encadenado,  y como las cartas cobraba vida, y sé que porque estaba hechizadas.

Harry toma una  carta y se la entrega a Lorena, míralo por ti mismo es una simple carta, ella la cogió y no paró de observarla y tras varios minutos callada, le dio la razón: yo creí que eras… me siento avergonzada, por favor guarda mi secreto si alguien se enterase estoy muerta.

-Haré una cosa mejor, te convertirás en mi ayudante y así podrás ser tu misma ante el mundo, y sé que serás una de las mejores Magos de el mundo.

Lorena le abrazó y aceptó ser su aprendiz, pero solo con una condición, que él aprende a ser un verdadero brujo. Él aceptó sin pensarlo, pero- ¿por dónde empezamos?- le preguntó.

Y ella con una gran sonrisa, levantó lo que sujeta en su mano y dijo, “Por las cartas”.
Jezabel luguera ©

sábado, 23 de febrero de 2013

LA BÚSQUEDA



Levanté la mirada,
Y allí estabas.
Callada, como la tristeza,
Poderosa pero  sola. 

Quise acercarme y hablar contigo
Pero fui capturada por el pánico
Y presa de su amigo el miedo. 

Frustrada, por mi cobardía
Le pedí a mi dolor su ayuda,
Que me diera valentía
Para escribirte mi mensaje. 

Tus sonrisas, ahora son silencios,
Nuestros sueños, parte de mis tormentos,
Tus abrazos, son parte del vacío.
 Y esa mirada arrebatadora,
 Es simplemente oscuridad profunda. 

Espero tus respuestas
Pero el viento solo encuentra tus lágrimas,
Que exigen ser contestadas. 

Regreso a nuestro lugar,
Y le exijo al horizonte
“búscala”, tú que todo lo ves
Y “cuídala” porque su existencia,
Es mi espereza
Y con esperanza, Volveré en su busca.
 

Jezabel ©

domingo, 20 de enero de 2013

LA ESCALERA DE LOS DESEOS.



Todavía recuerdo a mi padre contándome esa vieja leyenda antes de ir a dormir...

Cuando Narmer fue nombrado el primer Faraón del Antiguo Egipto, Ra, el Dios de dioses, le hizo un obsequio: "La escalera de los deseos"

Esta te concedía todos los deseos que fuesen pedidos por el corazón, pero como todo buen dios, le otorgó unos requisitos:

Primero que la escalera sólo concedería deseos al Faraón.

Segundo que esta sería legada de padres a hijos y sólo la sangre real sería dueña de ella.

Tercero que nadie más que el Faraón podría verla y protegerla; si esto no se cumpliese, su reinado caería en desgracia.

Cuarto que ella decidiría en qué momento los Faraones dejarían de gobernar.

Y quinto que todo aquel deseo que no fuera bueno para su pueblo, se volvería en su contra.

Si alguno de estos requisitos se incumplía, La escalera, volvería con su creador y Egipto caería en desgracia hasta que éste decida.

Narmer pidió unos herederos fuertes y sanos para gobernar Egipto y su deseo fue aceptado, por último pidió que su pueblo fuese un gran imperio conocido en todo el mundo y La escalera, le concedió su deseo.

Así fue pasando de Faraón en Faraón y concediendo todos los deseos, pero como toda buena historia, hubo un heredero que no pudo esperar a ser Faraón para pedir un deseo. Cuando éste pidió el deseo el mismo

Ra, apareció ante él. El joven Horunnefer solo le dijo "que deseaba que su padre dejara de estar enfermo".

Sabías que no podías utilizar La escalera y aún así la utilizaste. Ahora volverá conmigo y tú serás el último Faraón de Egipto y nadie te recordará.

Cuenta la leyenda que muchos historiadores, ladrones ó míseros ciudadanos, buscaron ese obsequio durante siglos, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.

Y ahora todas las personas, para conseguir nuestros deseos, tenemos que esforzarnos, ya que La escalera forma parte de una simple leyenda.

Jezabel Luguera ©
14-01-13

sábado, 15 de diciembre de 2012

MÚSICOS.


Entré en la sala como siempre y  me dirigí al escenario, allí se encontraban los chicos con su cara de “llegas tarde”,  pedí disculpas con una leve sonrisa y ellos la aceptaron.

Cada uno se coloco en su puesto: Carlos a los teclados, Marta a la batería, Inés al bajo y yo con mi vieja guitarra al micro.

-¿Por cuál empezamos?

-¡Por Al Alba!, dijeron al unisonó.

-Como siempre ¿entonces?, pero luego nos alegramos un poco.

Tocamos como nunca, primero al alba era como nuestro talismán y nos hacia recordar al mundo, y después Serrat, Sabina, pasando por los Beatles y acabando en pop como la oreja de Van Gogh.

Tras tres horas ensayando, no nos quedaba ningún tipo de música que tocar y decidimos que por hoy, había estado bien. Cada uno volvió a su verdadera vida dejando los sueños en su instrumento musical.

De camino a casa, Marta decidió acompañarme tenía algo muy importante que contarme, o eso decían sus ojos llenos de nervios.

-¡Me ha llamado Lucas!

-¿Quién?

-David de verdad, tu despiste ya es de médico.

-Vale lo que tu digas pero… ¿Quién es?

-El dueño del Cefeo, que quiere que toquemos dos veces a la semana ¿Cómo te quedas?

Tras un minuto sin poder articular palabra solo pude decir:

-¿Habrás dicho que sí?

-Por supuesto, lo único que tenemos es una condición.

-¿Cuál?

-Él elige nuestro repertorio y  su sobrino será nuestro nuevo bajo, claro eso me lo dijo después de aceptar.

-Marta, para mí tocar con vosotros, nuestras canciones es un sueño y yo elijo como es mi sueño y no Lucas.

-Me imaginé tu respuesta y rompí nuestro contrato verbal.
Con una sonrisa de niña buena me dijo:

-Pero justo al hacerlo me llamó Rosa, la dueña de una discográfica muy modesta que nos había escuchado ensayando en nuestro local y quiere ayudarnos con nuestro sueño.

Y ahora cierra la boca y quita esa cara de bobo que nos espera en el Cefeo para hablar con nosotros.

Jezabel Luguera ©

martes, 22 de mayo de 2012

AL LLEGAR LA FRÍA NOCHE...


Al llegar la fría Noche
la imagen de tu sonrisa
me ilumina la esperanza.


Eres ese rayo de luz
que acaricia la hierba
al llegar el alba.


Escucho muy atenta
a la Garza enamorada
es ella quien canta
pero yo quien te llama.
Imagino que me abrazas
pero solo es la Garza
quien ilusa te canta
y tú, la rechazas.


Busco ese rayo de esperanza
pero se escapa con el alba
y regresa a su escondite
como el miedo a mi alma.


El tiempo, te atrapa
y mi miedo te alcanza,
me busca en el alba,
pero ella te rechaza.


Tus sueños me encuentran
dentro de mi mirada
me dicen que me estas buscando
porque me amas.


Jezabel Luguera ©

martes, 8 de noviembre de 2011

BLANCO Y NEGRO...


*BLANCO

Cuando nos dicen blanco, casi todo el mundo se imagina: una colina con nieve, un vestido de novia o una sonrisa reluciente. Pero para Pablo, el blanco significa olvido, ausencia o la nada.

Desde que era pequeño observaba el mundo desde su ventana, tan lejos que el horizonte, se convertía en una imagen blanca, sin vida. Él buscaba ese rayo de sol, que mostrara ese cielo lleno de colores pero él nunca aparecía, “no quería”.

Al crecer y salir de su pequeña burbuja casi cristalina, como la niebla, encontró unos ojos, oscuros casi negros como la noche que cubre a las estrellas. Y lo más raro de todo, eso ojos iluminaba el mundo pero con una luz, de oscuridad.

-¿Cómo era posible?- pensaba para sí.

-“Si la luz es día y la noche oscuridad”, esos ojos negros como el carbón, iluminan el mundo dando paso un nuevo día, (sin miedo, ni olvido).

Entonces sin darse cuenta descubrió que había vivido en un mundo “irreal”, todo lo que buscaba: luz, alegría, esas estrellas ocultas. Vivian dentro de él y solo esperaban a ser llamadas, por una mirada de ojos negros.

*NEGRO

Cuando nos dicen negro, todo el mundo piensa en tristeza, miedo o dolor. Pero para Marta es: sueños, sonrisas o alegría.

Marta había crecido rodeada de luz, de claridad. Una cosa muy normal si vives en un rayo de sol. Ella anhelaba encontrar esos colores mágicos, que le dieran forma al mundo que imaginaba cada mañana. Pero Marta creció y dejo de buscar; Se había rendido, la luz había ganado.

En ese mismo instante alguien le grito: “esos ojos negros iluminan mi mundo”. Sobresaltada busco al dueño de esa voz y pensó: -¿Cómo unos ojos negros iluminan algo?- y entonces se dio cuenta que cuando ella imaginaba cerraba los ojos, en la oscuridad, y aparecían sus fantasías.

Cuando uno sueña, lo hace bajo el amparo de la noche, sonrió contenta. Todo lo que ella buscaba era oscuridad para crear los colores, “pero y esa voz, había sido la claridad -¿quién era?, ¿Cómo podría encontrarla?” y de repente una sonrisa apareció reflejada en su rostro, “ya lo sé”. -Dejaré que la oscuridad busque la claridad de su voz.

Y todos los días Marta busca la voz de Pablo. Por eso todas las noches dan un nuevo día, al igual que los sueños dan paso a la felicidad.

Moraleja: “A veces las respuestas están en nosotros mismos, solo hay que despejar la niebla y lo mejor es escuchar nuestro corazón”

Jezabel Luguera González ©
Noviembre 2011


martes, 18 de octubre de 2011

SUEÑOS


Manto de la noche, cubre con tu magia
los tristes recuerdos que regresan cada mañana,
al encontrar nuestra cama desierta.


Sol abrasador, elimina esas lagrimas suicidas
que aparecen cuando mi corazón recuerda,
el dulce sonido de tu sonrisa.


Nubes esponjosas,
que siempre habéis ayudado a mi imaginación, a salir sin ser llamada.
Cobrar forma de mis sueños y así,
recuperaré esa alegría desaparecida.


Estrella lejana,
lleva mi mensaje sincero a través del mundo,
para que tu mirada se quede junto a mi alma.


Viento invisible, rescata esa sonrisa cómplice,
que hizo que mi mundo encontrara el baúl de colores
que pinta el arcoíris de tus ojos.


Jezabel Luguera González ©
Octubre 2011

martes, 21 de diciembre de 2010

LAS ESFERAS ROJAS


Se oye en la calle a voz en grito, ¡la Navidad está ya viniendo!,
Pero, ¿será verdad lo que a mis oídos les estaban diciendo?,
¡Ojalá!, porque en Navidad todos los chiquillos están sonriendo,
dando alegría a nuestro espíritu, que parece andaba durmiendo.

El celaje del cielo augura blanca nieve, más sigue lloviendo,
chispeando bolas cristalinas que en el cielo estaban haciendo,
tropezando en las ramas, creando un paisaje de vida, prendiendo;
¡nosotros colgamos plateadas bolitas de acebos muriendo!;
al aura feliz y la paz , resumiendo el gozo al seguir sonriendo.

En llegando las cenas de fiestas y todos nos vamos cociendo,
cebollas, croquetas y de Bruselas, coles que van subsistiendo,
suculentos manjares, que compartiremos bebiendo y comiendo,
ornado de bolas redondas, donde el olor se ha ido adhiriendo.

Los sueños de hoy que no se consuman, ¡por favor, no salgan corriendo!,
ni las bolas rodando escaleras abajo; que vengan diciendo:
llegamos, no penséis que faltamos, ¡unidnos al gran Nacimiento!
disfrutad, cercadlo de amor. Adioses al año y se aleja partiendo.


Jezabel Luguera
16-XII-2010 adiós

viernes, 5 de noviembre de 2010

NARA


Nara siembre había pensado, que el amor era una ilusión, un engaño, que sólo salía en las películas y novelas.

Pero una tarde lluviosa, mientras leía una de sus novelas favoritas, “El Diario de Noa”, en la biblioteca municipal, escuchó un susurro muy bajito: “Nara, ven, búscame”. Nerviosa, miro a su alrededor tratando de encontra al intérprete de aquel extraño mensaje; al no ver a nadie muy cerca de ella siguió leyendo. Pero tras unos minutos volvió esa voz, más fuerte que antes: “Nara, ayúdame”, rápidamente levantó la cabeza y solo vio la estantería de siempre llena de libros, pero pensó para sí: “estoy muy mal, voy a tener que dejar de comer helado”, y continuo con Noa y su diario, pero de repente sonó un estruendo y otra vez esa voz: “Nara, aquí estoy, ayúdame”. Se levantó y solo encontró un libro en el suelo, que se había caído de la estantería.

El titulo era “Encuentro”, le abrió, ya que la curiosidad aumentaba por segundos, pero al abrirlo solo encontró hojas en blanco, excepto una que ponía: “hoy 4 de noviembre del 2010, he pedido ayuda a Nara y ahora estoy entre sus brazos...”. Asustada soltó el libro y este se precipitó contra el suelo.

Se repitió para sí, sólo ha sido mi imaginación; recogió el libro y se volvió a sentar, respiró hondo y volvió a sumergir sus ojos en el libro.

(El Encuentro, capítulo primero: Me encontraron, "llamé a Nara y tardaron en hacerme caso, pero me tiene entre sus manos".)

Sorprendida y pensando que era todo un sueño, pregunta al libro: -¿Quién o qué eres?, ¿Cómo sabes quién soy?

Al instante, aparecieron palabras en las hojas en blanco,

-Hola Nara, soy un chico encerrado hace más de 100 años en este extraño lugar, me llamo Arthur y sé como te llamas, porque he escuchado a la bibliotecaria llamarte antes.

Nara, estaba muy confundida, pero dijo:

-Pero, ¿para qué me necesitas?, yo solo soy una chica de 16 años, y además soy invisible para este mundo.

Al instante el libro, contesto:

-Mira eres una chica valiente, da igual la edad que tengas, además yo también soy joven y sí soy invisible, soy un libro en una biblioteca.

Ella le sonrió sin saber si él la veía, Arthur, le contó que había conocido a un viejo brujo y éste le había convencido que tenía algo especial, y que sería un gran hechicero ya que con su don ayudaría a la gente que lo necesitara. Pero le puso una condición: “no podría tener otra cosa en su mente y en su corazón que la brujería” y él aceptó el trato, pero sin saber, que Leila aparecería en su vida. Ella era una joven profesora de literatura, que con su dulzura e inocencia se quedó presa en su alma, y ocupando su mente.

El brujo, Nicola, se enteró de la presencia de leila y de sus sentimientos. Y como castigo, le convirtió en lo que ahora veía, un libro sin historia y a ella la raptó y no sé sabe que hizo con ella.

-...Y aquí estoy pidiéndo ayuda.

-Pero, ¿cómo puedo ayudarte?

-Búscala, bueno búsquemosla.

-¿A quién?, ¿y para qué?

-A Leila, el brujo tuvo que transfórmala al igual que a mí, y cuando la encontremos yo encontraré el final de esta historia, y seré un libro con algo que contar.

Nara lo cerró, fue directa hacia la bibliotecaria, cogió el libro prestado y se dirigió hacia su casita. Sola en su cuarto, lo abrió. Arthur le conto que para encontrar a leila, habría que buscar un árbol sin hojas cerca de un rio. Empezaron a buscar por internet, y encontraron muchos parques, ya que Barcelona se caracteriza por ellos, pero solo en uno había un viejo roble sin hojas con un lago al lado. Asi que, decididos, se dirigieron ambos en busca de aquel árbol. El autobús paró en la entrada del parque y desde allí se podía ver el viejo roble.

Al estar frente al roble, Nara se dio cuenta que había estado muchos veces en ese parque, pero nunca se había fijado en la hermosura del viejo árbol. Saco el libro del bolso, al abrirle y ponerle enfrente del roble, en ese mismo instante, el árbol se transformó en una joven. Con lágrimas en los ojos y detrás de ella había un ser misterioso. (Nara pensó pasa si, este es Nicola)

-Por fin nos volvemos a ver, pupilo, estaba esperándote.

-Por fin maestro, suéltala, esta guerra es entre nosotros, ella no tiene la culpa de ser la dueña de mi corazón, y aunque no estuviera en este mundo, seguiría viva dentro de mí. “¡Suéltala!”

-No Arthur, ella es el problema de que no seas todo lo que imaginé para ti, y hoy estemos enfrentados, asi que despídete de ella.

-¡No¡ si la matas yo me vengaré arrancándote tu corazón y así perderás lo que querías. “¡Suéltala!”, yo me quedaré contigo, pero no me olvidaré de ella. ¿Trato hecho?, o queda libre o nada.

Pero antes de responder Nicola, Leila gritó y se escapó de los brazos de su opresor, se abrazó a Arthur. ¡No, no lo hagas!, no te mereces tener una vida de desdicha ¡por favor!, pero de repente apareció una extraña luz, era Nicola, que quería destruirles porque sabía que nunca conseguiría su sueño. Pero el amor cuando es verdadero nada lo destruye, y por eso se destruyó él mismo y así perdió su sueño para siempre.

Nara, estaba muy feliz porque ahora sabía que el amor también existía en el mundo real y no solo en sus novelas. Y cuando iba a despedirse de Leila y Arthur, observó que se habían transformado en un hermoso roble con hojas, gritó diciendo que no era justo; encontró el libro en el suelo, pero ya no era el mismo, ahora tenía una historia que contar.

Nara fue a la ultima hoja ponía:

No digas que no es justo, porque estaremos juntos al fin y para siempre. Ven a visitarnos alguna vez, Nara.

Cerró el libro y observó que el titulo había cambiado: “El Árbol de Nara.”

Jezabel Luguera ©
Noviembre 2010

martes, 19 de octubre de 2010

NO ME OLVIDES



Ese olor embriagador
Que producen tus pétalos,
Me hacen volar
Entre los recuerdos de tus besos.

Parece que el mar pinto tus ojos,
Porque al mirarlos,
Me hundo
Y ahogo mis pensamientos.

No tienes nombre,
Y no porque quieras,
Si no, porque en el lenguaje del hombre,
Tus eres:
“sueño, amor, esperanza y primavera”

Ese canto celestial
Que surge de tus labios,
Me ruega cada noche,
“no me olvides” te estoy amando.

Sonrió, sorprendida
De lo que estoy escuchando,
Te miro decidida
Y contesto:
“¡como olvidar, que te estoy amando!”

Jezabel Luguera González ©
Octubre 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

CARTA

Hola amor:

Seguro que esta carta te sorprende, pero no tanto como a mi rellenar estas líneas.

Me desperté con tus ojos marrones mirándome, y sin darme cuenta, supe que te amaba, que eras el amor de mi vida, y que me perdería en esa mirada y nunca volvería a estar sola, porque tu estarías conmigo.

Quiero salir a la ventana y gritar a las nubes que por fin te encontré, que ya no necesito ayuda para completar mi alma. Pero ellas ya lo saben, y por eso hoy, no hay nubes en nuestro cielo, solo sol y calor.

Ese calor que recorre mi cuerpo en forma de alegría, y se expresa en forma de sonrisa tonta, e informa al mundo que he tropezado con el amor. No sé por qué cada vez que pienso en ti, mi mirada brilla y mi amor grita en silencio, que “maravillosa es la vida ahora que esté a mi lado”.

Cariño, no pienses que he perdido el juicio, (o no del todo). Solo es que, por fin me viste, deje de ser invisible para esos ojos marrones, Que para mí son la puerta a la felicidad.

Solo quiero pedirte,”no me despiertes”, déjame dormir entre tus brazos, formar parte de tus besos y quedarme atrapada en tu mirada.

Ya me despido, porque te estás despertando y estoy deseando perderme en esos ojos marrones y ser lo primero que veas. Pero no si antes decirte "CARIÑO, TE AMO".

Jezabel Luguera González ©
Septiembre 2010