domingo, 20 de enero de 2013

LA ESCALERA DE LOS DESEOS.



Todavía recuerdo a mi padre contándome esa vieja leyenda antes de ir a dormir...

Cuando Narmer fue nombrado el primer Faraón del Antiguo Egipto, Ra, el Dios de dioses, le hizo un obsequio: "La escalera de los deseos"

Esta te concedía todos los deseos que fuesen pedidos por el corazón, pero como todo buen dios, le otorgó unos requisitos:

Primero que la escalera sólo concedería deseos al Faraón.

Segundo que esta sería legada de padres a hijos y sólo la sangre real sería dueña de ella.

Tercero que nadie más que el Faraón podría verla y protegerla; si esto no se cumpliese, su reinado caería en desgracia.

Cuarto que ella decidiría en qué momento los Faraones dejarían de gobernar.

Y quinto que todo aquel deseo que no fuera bueno para su pueblo, se volvería en su contra.

Si alguno de estos requisitos se incumplía, La escalera, volvería con su creador y Egipto caería en desgracia hasta que éste decida.

Narmer pidió unos herederos fuertes y sanos para gobernar Egipto y su deseo fue aceptado, por último pidió que su pueblo fuese un gran imperio conocido en todo el mundo y La escalera, le concedió su deseo.

Así fue pasando de Faraón en Faraón y concediendo todos los deseos, pero como toda buena historia, hubo un heredero que no pudo esperar a ser Faraón para pedir un deseo. Cuando éste pidió el deseo el mismo

Ra, apareció ante él. El joven Horunnefer solo le dijo "que deseaba que su padre dejara de estar enfermo".

Sabías que no podías utilizar La escalera y aún así la utilizaste. Ahora volverá conmigo y tú serás el último Faraón de Egipto y nadie te recordará.

Cuenta la leyenda que muchos historiadores, ladrones ó míseros ciudadanos, buscaron ese obsequio durante siglos, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.

Y ahora todas las personas, para conseguir nuestros deseos, tenemos que esforzarnos, ya que La escalera forma parte de una simple leyenda.

Jezabel Luguera ©
14-01-13

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