Cuenta la leyenda, que una
joven aprendiz de brujería se quedó fascinada, al ver un mago mientras
realizaba sus mejores trucos.
Ella nunca había leído sobre este tipo de
magia, era increíble poder hacerla delante de la gente y que esta, le apreciase
y no le tachase de brujería y le mandaran a la hoguera.
Pero ¿Cómo lo hacía? ¿Tenía a
toda la humanidad bajo un hechizo?, no había duda, era el mejor brujo de la
historia. Y Lorena quería aprender de él, ¿de quién mejor?
Se pasaba los días,
estudiando los hechizos en la vieja biblioteca y por las tardes no se perdía
ninguna de las actuaciones del joven Houdini pero no conseguía ver que hechizos
utilizaba y eso la frustraba mucho.
Empezó a convertirse en una
obsesión, quería hacer esa magia y dejar de ocultar su verdadero ser.
Tras pasar varias semanas
así, el joven Houdini se fijó en ella y la mandó llamar para hablar en su
camerino. Lorena estaba tan nerviosa que ni siquiera se había dado cuenta que se
había comido, todas las uñas de su mano derecha con esmalte y todo, -"relájate,
se decía para sí".
Suspiró hondo y llamó a la
puerta del camerino. Desde el otro lado de la puerta una voz poderosa le mandó
entrar.
- Bienvenida,
¿te llamas?
-Lorena
Nasta, encantada señor Houdini.
-
Encantado Lorena me puedes llamar Harry, me he dado cuenta que llevas varias
semanas acudiendo a mi espectáculo y mi curiosidad quiere algunas respuestas.
-Pregunte
Harry.
-¿Eres
una admiradora de mi magia o de mí?- y una sonrisa aparece en su rostro.
-De
su magia, es la mejor que he visto. Llevo varias semanas para poder captar
alguno de sus hechizos, pero lo que más me impacta es que no oculta el don que
nuestra madre tierra le ha otorgado y la gente le admira ¿Cómo lo hace? ¿Me
permite ser su aprendiz?
-Pero
que… espera, espera, ¿eres bruja? ¿Mi aprendiz?, creo que tenemos que hablar
un poco tu y yo antes de todo esto. Mira
Lorena no soy brujo, ya me gustaría a mí tener ese don, la magia que tú ves en
mis trucos lo es, porque la gente cree en ella ¿me entiendes?, sin ellos yo
solo sería una persona normal, pero lo que tú eres, no necesita espectáculos,
ni trucos y mucho menos público. Me siento honrado de que me dejases ser tu
aprendiz.
-
¿Cómo? No eres… No me mientas, he visto
como te has escapado de un baúl encadenado,
y como las cartas cobraba vida, y sé que porque estaba hechizadas.
Harry toma una carta y se la entrega a Lorena, míralo por ti
mismo es una simple carta, ella la cogió y no paró de observarla y tras varios
minutos callada, le dio la razón: yo creí que eras… me siento avergonzada, por
favor guarda mi secreto si alguien se enterase estoy muerta.
-Haré
una cosa mejor, te convertirás en mi ayudante y así podrás ser tu misma ante el
mundo, y sé que serás una de las mejores Magos de el mundo.
Lorena le abrazó y aceptó ser
su aprendiz, pero solo con una condición, que él aprende a ser un verdadero
brujo. Él aceptó sin pensarlo, pero- ¿por dónde empezamos?- le preguntó.
Y ella con una gran sonrisa,
levantó lo que sujeta en su mano y dijo, “Por las cartas”.
Jezabel luguera ©
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