Lo
venía sospechando hace años, y lo cabo de confirmar en estos días. Lo digo,
porque no hace mucho tiempo que empecé a
escuchar a gente que hablaba primero de
la prospección petrolífera en Canarias, después, del fracking, (fracturación hidráulica), para
la búsqueda de gas en lugares muy concretos de nuestra provincia, y por último,
del caso del ébola en España, y lo hacían todos con un conocimiento tan
profundo del tema, y una seguridad tan aplastante de cuanto defendían, que lo
único que hasta el momento he podido
sacar en claro, es eso: que yo soy tonto de nacimiento.
Lo
deduzco, porque soy yo solo el que piensa distinto de tanta gente como habla
por cafeterías y bares, y otros lugares donde nos mezclamos churras con merinas.
Y si solo soy yo, o un pequeño puñado de “yoes”
frente a una multitud, lo normal es que sean normales los muchos, y unos pocos
seamos a los que nos falta un verano, como dicen en mi pueblo, o un “agüíta”,
como dicen en Canarias.
Cuando
yo era un chaval, (de esto hace ya siglo y medio), decía Gonzalito el de
Lamadrid, que “cada uno, piensa con la su cabeza”. Y tenía razón. Pues bien, “la mi cabeza” piensa, que no debemos negarnos
al progreso y al avance. Si tenemos gas en Cantabria y petróleo en Canarias,
porqué lo hemos de comprar a precio de oro en otros países…? ¿Supones lo que significaría para estas regiones, y para el
País entero, que hubiera gas en un sitio y petróleo en el otro? Tampoco es que
piense que pueda esto convertirse en un segundo Dubai, o copia de los Emiratos Árabes. Pero cuando no
toca “el gordo”, buena es una aproximación.
Pero,
claro, no se puede hacer tortilla sin romper un huevo. Y lo importante, lo verdaderamente
importante, no es romper el huevo, es como se parte ese huevo. Por desgracia
estamos tan acostumbrados a ver tantas chapuzas en los últimos años, que el
miedo a ver otra mayor, nos hace recular. Cuando lo único que teníamos que
hacer, es exigir de nuestros gobernantes que hagan verdaderos responsables de
sus chapuzas, a las compañías encargadas de la explotación, que para eso tienen
ingenieros y especialistas; para hacer las cosas como Dios manda, y no de
cualquier manera como se hacen muchas.
Tampoco
entiendo la petición masiva de que dimita la Ministra de Sanidad, por el asunto
del Ébola. Si es que es mala Ministra,
porque en general gestiona mal las cosas, pues que dimita. Pero no por el
Ébola, que de enfermedades sabrá poco más o menos como tú, y como yo. Según “la
mi cabeza”, quien debe de dimitir, es el profesional responsable, y eso después
de comprobarse que no se hicieron las cosas como debían haberse hecho ante una
situación infecciosa prácticamente desconocida… Pero no me hagas mucho caso,
porque la mayoría no piensa como yo, y lo más seguro es que esté equivocado.
Solo que, humildemente cuento mi parecer…
Jesús González ©
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