sábado, 19 de julio de 2014

COMO DAMAS REPUDIADAS




         
               Erguidas  con dolida dignidad. Serias y altivas como damas repudiadas, viven las cincuenta y ocho palmeras que hacen hermoso  el parque  marítimo que embellece la entrada al pueblo de San Vicente de la Barquera.

             De talla uniforme. De constitución sana. De verdor intenso. De robustas palmas. De espléndido aspecto… ¡Pero repudiadas damas!

            Las sorprendió el verano en bata de andar por casa, y así se quedaron. Colgando las palmas secas. Clamando al cielo las sanas. Nadie  limpió sus troncos, ni su maleza cortaron… Como damas repudiadas, sucias y erguidas quedaron.

            En un jardín que segaron, y algunas flores plantaron. Con arbustos mal podados, y yerbas que no  atroparon. Colillas en los rincones, con hojas que se secaron. Y las palmeras del parque, mirando al cielo lloraron.

            Las espinas como a Cristo, en su cabeza clavaron, las zarzas que allí crecieron  como pelo enmarañado;  por vergüenza de su aspecto, sollozaron las palmeras ¡Que triste verse tan sucias, siendo sus palmas tan bellas!

            Que son damas de alto rango, de otro clima, de otros lares. Que cuiden bien de este su trono, que se refleja en los mares. Que deben lucir cual  hadas, las palmeras de este parque. Cual hadas esplendorosas de engalanado talle, y no ese feo aspecto de  una vida  repudiable…

            Jesús González

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bonito ese texto Jesús, te aplaudo bien aplaudido. sí señor.
Abrazo.
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