lunes, 2 de diciembre de 2013

LA NOCHE




La noche llenó de luces
las calles y la bahía
y recordó a sus estrellas
en aquellas que lucían
entre las altas palmeras
el castillo y la avenida.
Sintió que estaban hiriendo
con su fulgor a la ría
y se apuró a recogerlas
en reflejos que se hacían
sobre las aguas oscuras;
las sintió muy malheridas.
Tomó las más alargadas,
que en cometas convertía,
y a las más altas farolas
en planetas hizo hacinas.
Algunas de las más grandes
las hizo errantes de día,
y aquellas crepusculares
que del castillo nacían
hizo nuevas nebulosas
de colores y alegrías.
Pensó que quizás las otras,
que en las ventanas veía,
pudieran ser las mejores
por ser las más pequeñitas.
Por último estaba el faro
que a las mares hizo herida,
se le llevó como prenda
mientra se hacía de día,
que mañana, en el ocaso,
a otra luna hará cautiva,
del mirar de una “mozuca”
que su corazón rompía.
Por eso aquí las estrellas
son el doble de bonitas.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
1-XII-2013

(Foto-Celso David Chaves Cuervo, San Vicente de la Barquera).

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