La empatía es un tema escalofriante por lo que tiene de inexplicable, con ese algo de almas gemelas, de ángeles, de “causalidades”…, es un encuentro de miradas que se reconocen en un saludo, no visible, que desnuda el interior y se viste de realidad y de presente ese instante especial…
Se llega a apreciar en el interlocutor la plenitud a través de la nitidez y el brillo de sus ojos, las vivencias importantes, la superación, el disfrute, e incluso, en el aprendizaje que le ayudó a valorar la
existencia.
Es una experiencia diferente que iguala las almas y hace del primer abrazo un lazo invisible, estableciendo en el cuerpo a cuerpo una única y placentera “frontera física”.
Esa empatía o contacto de energías adquiere tal dimensión que ha de asimilarse con tranquilidad y sin analizar, porque es el bienestar en la máxima expresión. Al separarse queda la certeza de que permanecerá esa unión inexplicable y esperanzadora, aún estando lejos o sin contacto.
Es el ocaso sobre una pleamar que abraza la playa y recoge el río en su delicado seno.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
3-XII-2013
Se llega a apreciar en el interlocutor la plenitud a través de la nitidez y el brillo de sus ojos, las vivencias importantes, la superación, el disfrute, e incluso, en el aprendizaje que le ayudó a valorar la
existencia.
Es una experiencia diferente que iguala las almas y hace del primer abrazo un lazo invisible, estableciendo en el cuerpo a cuerpo una única y placentera “frontera física”.
Esa empatía o contacto de energías adquiere tal dimensión que ha de asimilarse con tranquilidad y sin analizar, porque es el bienestar en la máxima expresión. Al separarse queda la certeza de que permanecerá esa unión inexplicable y esperanzadora, aún estando lejos o sin contacto.
Es el ocaso sobre una pleamar que abraza la playa y recoge el río en su delicado seno.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
3-XII-2013
(Fotos-https://www.facebook.com/irre.berente.71)
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