lunes, 12 de agosto de 2013

RECETA



Para reír con fuerza y ánimo se necesitan los siguientes ingredientes: Fruta fresca, medio vaso de suspiro, un terrón de ternura y un ramillete con abrazos de bebé. Se añaden frutos secos de olvido tostados con sonrisas “sin querer”, un platito de canela en rama”, una caricia de alma, el vuelo de una mariposa, unas campanas como burbujas para bailar con alegría, un pedacito de odio helado que se deshará enseguida y de adorno indispensable el beso que te mando.

Lo bates a mano y lo cuelas para que no queden trozos de hielo ni posos de pena. Lo sirves en compañía, dos, tres o más personas que te quieran.

Hay variantes según la zona, algunos añaden miradas, juntan las manos, juegan, e incluso procuran tomarlo bajo la sombra del árbol de la felicidad, sin abusar claro.  -Supe que algunas parejas lo comparten, se dice que remedian los enfados.-

-Efectos secundarios.

No embriaga, pero extasía.

Origina sofocos pero no es alergia.

No engorda, aunque pudiera parecerlo porque algunos componentes son algo dulzones.

Produce dependencia.

La dosis dependerá de la necesidad del consumidor, mínimo una y máximo treinta al día, porque causa dolor en el diafragma y en el risorio; la advertencia es, más que nada, por ser complicado explicar al galeno lo que tomaste.

Es un excelente somnífero.

Relaja.

Si tarda en hacer efecto, añades unas pocas de cosquillas; suelen ser propias del “lugar”.

No se han descrito otros efectos pero se está pendiente de añadir más beneficios.

Como te prometí, en la receta envío un envuelto con un beso apretado, son de categoría extra, pero le puedes poner entero.

Abrazo.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
11-VIII-2013

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