viernes, 16 de agosto de 2013

INDAGACIONES EN LA ARENA



La luz blanca sobre la playa rasgó mis ojos.  –“El espíritu del Yeti”  -me dijo mi compañero.  “Sí” –le respondí-  “Va mimetizado por la luz alba”  Llevaba un gorro de tela  tupida, un albornoz de felpa y unas medias de algodón.  Tuve ocasión de verle  durante todo aquel estío abrasador.  Era una figura grande.  Estaba visto que él no iba a pisar la arena mojada, y por muy intensa que fuera mi curiosidad yo no quería romper aquel hechizo.

  Durante dos años no lo he vuelto a ver; bien es verdad que ningún otro verano ha sido tan blanca la luz del sol a las diez de la mañana; pero he de admitir que la naturaleza siempre ofrece al que tiene asomos de detective, situaciones insólitas.  El surfista malabarista que va ondulándose sobre las distintas crestas de las olas con su tabla en atracción aerofilial, y vuela 360 grados para brincar sobre otra ola, como una hábil gaviota, satisfecho por la hazaña funambulista …Luego retomamos el paseo.  Hay que frotar los ojos para que la retinas se acomoden  a la luz de la arena.

  De pronto, una sombra me cubre. Hoy,  el paraguas ha decidido acercarse. “Qué raro” –me digo- y sigo descaradamente con los ojos fijos en la figura.  ¿”Otro Yeti”?; pero éste va vestido de negro. “ Buf, con el calor que hace”  Mi compañero está también maravillado:  una cabecita de bebé asoma por la mochilla

  -"¡Verdaderamente, tenemos ante nosotros la cría de un marsupial!”

  -Elemental., amigo Watson, elemental.

   
       San Vicente de la Barquera,  15 de agosto de 2013

                                     Isabel Bascaran ©

1 comentario:

lns Ángeles Sánchez Gandarillas dijo...

Hola Isabel.
¡Qué desenlace inesperado!, todavía estoy sonriendo. Guapo relato.
Abrazo en salud. Lines