(Se decía en la tertulia…)
El vello que hoy nos incumbe,
a grandes y adolescentes,
es según nos comentaron,
patrimonio de quehaceres.
No se sabe si descubren
con alarma y sobresalto
al sentir que son gorilas
a la vista del “vellazo”.
Recuerda que fue muy pronto
cuando se pobló tu cuerpo
de pelos y feromonas
y de otros complementos,
que no se oye un reparo,
siendo apéndices más gruesos
que los sufridos pelambres,
y con mucho, más extensos…
Hay quien decide que el vello
ha de ser eliminado,
tamañas melenas sueñan
que ven con aumento en verano,
mas, otros son disconformes,
y los conservan, sensatos,
ya que evitan rozaduras
y al transpirar no hay escarnio.
“¿Y qué me decís del costo
que produce este depile?
Con cremas y maquinillas
hacen del vender, desfile,
desodorantes, jabones,
que te cuestan unos miles,
y el vello, muy testarudo,
vuelve y pincha con vacile”.
La guerra por nuestro vello
es motivo y desencanto;
si es velloso el caballero
de bello será nombrado,
mas, si es mujer quien lo porta
sucumbimos de arrebato…,
pero a nadie nos incumbe,
¡pelillos al mar y un baño!
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
12-VII-2013
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