lunes, 18 de marzo de 2013

TÍTERES




El pasado 6 de marzo recibimos la mejor sorpresa que se pueda Imaginar, por la actuación, guión, la presentación de los cinco argumentos, y los decorados del grupo de 5º curso del C.P. Mata linares. En el ensayo, según comentó Samuel, el bibliotecario, ya tenían ganas de demostrar su vena artística, que puedo afirmar, se extendió a todos los entresijos teatrales.

Ellos construyeron los títeres, comentaron al final como los confeccionaron con los envases de leche o zumos, cartulina de colores y brillos para resaltar el cabello, las plumas, las escamas o cualquiera de los complementos de los personajes imaginables, monstruos, deportivos, astros, etc.



En primer lugar presentaron: “Golondrinas que no sabían volar”. 

Cargados con ilusiones 
y de los cinco sentidos
Vi a los nacientes actores. 
Entre aquellos personajes,
sus plumas y narradores, 

que salían de sus bocas
fuertes y nítidas voces 
de títeres bien dentados 
entre lenguas de colores. 
“Perdían hasta las plumas 
de los muchos sinsabores”.

Otro narrador narraba

del fondo de nuestros mares, 
o eso entendí entre dos aguas, 
las que ellos manejaban 
y parte del oleaje 
de un público que chistaba, 
poco se oía en el fondo...,
del salón, donde hice cala. 

Creí ver a orondos peces, 
a sus escamas limadas, 
a mariscos presumidos, 
al oleajes y a playas.
“Excursión en el fondo del mar” 
dijeron se titulaba.

De “Noticias terroríficas”, 

creí oír que informaban, 
parecían locutores 
luciendo longas corbatas 
y una bella locutora 
que entre dientes protestaba; 
entre ellos discutían 
o quizá, se confirmaran, 
¡comentaban muchas cosas 
que en este mundo ocurrían, 
y hasta el mico que narraba,
entraba en explicaciones! 
¡Ay, que de cosas pasaban
a ovnis y a los terrestres!

 “Las playas de las perdidas”, 

es caso que fue sorpresa,
aquel narrador tan majo 
que hablaba de las mareas.
En ellas muy aparentes

cantaron bonitas letras, 
que eran snob, quizá... pijas, 
con elegantes melenas;
flotaba un bonito yate
entre patas mordederas.

El quinto y último grupo

me parecieron un cuento 
de mozucas peculiares 
con un narrador elocuente
y de colores brillantes. 
Llenaron de colorido 
y cerraron las candilejas 
de todo lo presenciado. 
Pundonores, virtuosismo, 
reciclaje y muchas letras 
de personajes que hablaban 
por debajo de una mesa 
que a todos entusiasmaron,
y no perdieron el ritmo 
dejándome muy perpleja. 
Los aplausos, merecidos.

A Lucía pregunté por los nombres del elenco. Diez y nueve compusieron 

estos Títeres-teatro.

De Mario había un par,   

Ángel, María y Omar
Adriana, también Lucía
Mónica y Mari Sol;

Sara, José Miguel
Sergio, Marta, solo un John.
Laura estuvo, y además,
Paula, Iris y Jaceb.

¡Enhorabuena, pardiez, que al teatro he de volver!

Ángeles Sánchez Gandarillas©

6-III-2013

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