PAPÁ

- Mamá, ¿de qué color es mi padre?

Pues verás; es azul mar
y en sus cabellos hay nieve;
su piel es del color de arena
que se extiende hasta las manos
y te pintan de ternuras
cuando duermes en sus brazos.

- ¡Sí, eso es cierto, mamá!,
lo he notado en sus caricias,
me parecieron las dunas
caldeadas del verano. 

Sus ojos, verde pradera,
te miran con la dulzura
de la espuma templadita del baño por la mañana

- Es verdad. Mamá, y su risa, dime,
¿de qué colores la pinto?

Yo creo, cariño mío, que deberías pintarla
como una nube del cielo. 

- ¿Qué color tiene papá cuando me da los abrazos?

Son del color de la miel y dulce como los besos,
aunque, si os miro bien, ¡tienen también un dorado!...

- ¡Ah!, ¿los besos tienen colores?

Los que a mi me da son rojos,
y los tuyos, hijo mío,
mezcla oro y carmesíes.

- Mamá, ¿y el llanto tiene color?

El llanto es la transparencia que tienen los aguaceros...
Dime, ¿Ya acabaste tu pintura,
la del día de tu padre?

- Sí mamá.
Hice un papá... de Arco Iris.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
19-III-2013