sábado, 29 de diciembre de 2012

PRIVILEGIADO


Hacía siete años que viajaba en la misma línea, cinco días a la semana. Partía puntualmente del muro a las 8 en punto. Se sentía un privilegiado. Nunca hizo cola en los andenes y accedía gratis. Conocía al revisor. Comenzaba el recorrido subido a una plataforma, allí conseguía mejor visión desde la ventanilla. Le parecía volar sobre el puente al que salían en el primer tramo subterráneo. Recordaba la primera vez que se cruzó con otro tren; temiendo un choque, se agachó instintivamente.

Sonó en la cabina el altavoz de radio "¡Atención, conductor 70, central a metro de la línea 7!" Ese era él y lleno de satisfacción, tomó los mandos. Medía un metro cincuenta, pero después de mucho luchar consiguió el puesto de conductor. Hizo sonar el silbato y partió.


Ángeles Sánchez gandarillas ©
4-XII-2012


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