MAR Y MAR
Me llevaba mar adentro en su resaca
y asfixiada en su presencia,
le encontré a cada marea
cada día, y sin descanso,
palpitando el oleaje
por mi cuerpo.
No encontraba el horizonte del respiro.
Fui una nave a la deriva,
y alejada de la costa;
no hubo faros luminosos en mi norte.
Intenté ser la sirena,
y confusa en esas brumas,
pretendía ser el agua
entre océanos y cielos,
casi el aire, casi luna.
Casi nada...
Ya no importa
Pues, no ahoga mi presente
ni se agitan mis entrañas.
Emergí de un mar de llanto
y fui libre del océano infinito.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
26-XII-2012
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