sábado, 29 de diciembre de 2012

CONFIRMADO


Regresaba del viaje al futuro y salió con dificultad de la cabina abollada. Andrés, su amigo y también científico, estaba ansioso por conocer cada detalle.

-Cuenta, cuenta, ¿qué viste?

-No había nada, solamente espacio. La profecía se convirtió en realidad, ¡la Tierra desapareció!

-¡No me lo puedo creer! Equivocarías las coordenadas.

-Recogí con la mano mecánica una prueba evidente de que aquella era la posición exacta de nuestro planeta.

Le tendió una bolita marrón.

Andrés palideció al recogerla. Era el ejemplar más valioso de su colección de antigüedades; la canica de cerámica de Ramsés II.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
15-XII-2012


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