viernes, 30 de marzo de 2012

BRUMA.


Eso de la bruma, ni me lo cuentes..., hoy la tengo de “ocupa” dentro de mis casillas.

He tenido una mañana "asquerosa", me he mareado y todo se movía, estaba quieta y sin embargo me sacudía. Ahora me caigo, ahora no me caigo, me desgarro o no. En ese tiempo sentí estar en el pozo de la vida y a punto de averiguar porqué quedaré en el olvido. Quizá, lo mejor sea ignorarlo. Ayer noche, barruntaba esta situación, sentí un tremendo cansancio y comencé a pensar en el significado mi vida..., tan corta y que pasa tan rápido. Se desgrana hoja a hoja.

Ya sé que disfruté de grandes vivencias, pero, hoy, con tu permiso, después de mucho tiempo, me concedo tener el “día” deprimido. Es posible que venga bien para relajar tanta actividad y mi positivo pasar día a día, semana a semana, adelante sin pausa, sin descanso, sin olvido. Dentro de unas horas seré de nuevo indiferencia. Un día más que será un día menos. Una muerte anunciada, prevista e ineludible.

Tienes mi secreto, eres testigo de mi cansancio y sabes de un desespero que nadie sabrá nunca, ni siquiera una de las amigas que más me conoce, Semana, con la que paseo de la mano poco a poco, ella al menos se reencarna por 52 veces, en el camino a ese fin, inevitable. Pienso en dejar de poner números a las hojas donde escribo cada día.

Ante eso, veo que llegas y se me desplaza a tu llegada en un rincón y levanto, provocando el reverso de la carilla, anhelante y atrayente. Tú me ignoras, como siempre ha sucedido y te acomodas donde yo estaba, y me empujas poco a poco y te haces dueño sin dilación de tu momento y de tu espacio.

Pero, aunque me desprecies, has de saber que ante ti tienes un reto,
que jamás serás más grande, te quedará ese mal cuerpo cada año...

Como siempre, te entregaré mi primavera y tú, ufano, triunfarás los treinta días, colmarás a todo el mundo con tu belleza exuberante y me ignorarás, porque sabes que te quiero y sientes que tu vanidad se agranda, no me quieres pero me tienes en reserva por si algún día me necesitas, y te muestras caprichoso y yo aleteo tan de cerca que quisiera estar contigo cada día.

Yo intento abrazarle desde esta bruma que ha salido esta mañana, desde el enredo enamorado que me persigue y se aparta cuando llego, despertarme a ese miedo y preguntarme y resolver lo que no quiero resolver... Temo renovarme en mi muerte y en tu vida y rehúso hasta las letras que me estancan y que digo cada año lo mismito; el almanaque y sus festivos, los domingos y el trabajo, las consultas y las citas del taller. Hoy di todo lo que podía dar, no puedo seguir y por tanto, dejaré la pluma colgada en el estante, cercana, donde es posible que otro año retome esta historia infinita; no sé, pienso en la agonía que...

..."Total, para dejar la vida en un momento y concluir un contrato que no recuerdo haber firmado nunca, una historia que no creé y un amor que me fue negado y que de vez en cuando, se adhiere a una nueva fantasía, casi alcanzada y siempre lejana".

Parece que, como Dios creó el día y la noche, los humanos imaginaron hacer pasar los días, los meses y los años, ellos quisieron ser los otros todopoderosos e inventaron un “soberbio” calendario. Y contaron cada hora y cada día, esos días en semanas que engrosaron doce meses en cada año, y así formaron hasta los siglos y milenios y medirlo todo sin más: Medirlo todo, incluidos los amores, muy enamorado, un poco enamorado, casi enamorado, enamoradísimo, etc.

Fíjate si somos necios, que parece en las esperas que ese tiempo ralentiza y si pasa muy deprisa, es porque estás bien o feliz...

Un amor que se diluye cada vez que nos encontramos, se pierde en ese encuentro que a mí me mata sin un te quiero y sin embargo, estoy en espera permanente; son amores imposibles y sucede cada año.

¡Ay, mi Abril!, un abrazo sin abrazo.

Marzo

Ángeles Sánchez gandarillas ©
31-III-2012

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lines, me parece muy interesante tu escrito, pero a la vez bastante desconcertante y hermetico...aunque parece entreverse de un amor no correspondido. Besos muchos.