LLUVIA.

Abrazas la lluvia de la realidad, de lo gris
que recoja la ternura entre nublados.
¿Por qué será que no libera?
Quizá la libertad sea otra vida,
otro amor, esa vez, correspondido...


Sí, se mojaron los poemas en cada verso
refugiados en estrofas salvavidas
que amparaban del incendio esa alma
en llamaradas de pasiones,
en erupción de fantasías,
extinguidas con el agua de la lluvia y lo real,
en historias de otras manos y en corazones resurgidos...


Porque hoy,
su cabeza se acercó tiernamente hasta tus labios
y contuviste los besos que buscaban su rosa boca...
Se abrían ardorosos ante la nada,
ante el silencio,
ante las ansias que tiritaron por tu cuerpo
que querían doblegar y apretarla entre tus brazos,
impasible,
a la fuerza,
que querían desnudar los sentimientos ante ese amor eternizado,
e imposible,
que querías abrasarla en el fuego que te incendia
y fundirla en el aire y, aspirarla por completo
en deseo irrefrenable en el camino inexistente
del ocaso y de la noche...


La lluvia caía con fuerza
y mataba el calor de las rabias infinitas,
del deseo y de la muerte en cada instante,
del amor desesperado e inalcanzable
y de hundirse en la ternura que deseas.


Y sigue tras de ti,
se vanagloria del amor que no merece
ni transporta en sus adentros,
y te domina y te ignora, y, te maneja por completo.
Solo eres un trofeo que la encumbra
que la llena de medallas
en batallas que ha ganado sin esfuerzo,
Y en lugar de la metralla
hay disparos entre lluvias y granizos,
entre lágrimas y llantos.


Dioses, despegadle de su piel esa miseria
de un amor que no es el suyo,
ni lo será en ningún tiempo...


Vete amigo y no regreses,
abandona esa esperanza inservible;
tu lo sabes pues, ya una vez fuiste la esencia
de un amor que no querías
y sentiste eso mismo
y hasta reías...


Salió entonces, esa luna salvadora
y asomaba con su luz entre tinieblas;
auguraba otro amor y otro momento,
otra esperanza y el olvido.
Habrá abrazos que derretirán aceros,
de una fuerza inacabable,
del ardor incombustible...


Caerá la lluvia en otro amor
pero, esta vez, correspondido...


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
5-III-2012