jueves, 2 de febrero de 2012

MARÍA


Creo que fueron Los del Río quienes mejor retrataron la marcha de los amigos: “Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va”…

Hoy soy incapaz de escribir algo jocoso, por eso, porque algo se está muriendo en el alma de tantos amigos que te queremos. El Club de Lectura está a punto de quedarse huérfano, y nos duele el corazón.

No nos duele la orfandad. Nos duele que nos abandone el alma de nuestro Club, que eres tú, pues como diría García Márquez, estoy escribiendo la “crónica de una muerte anunciada”.

Puedes estar segura María, de que dejas en esta Biblioteca el listón más alto que bibliotecaria alguna pueda dejar. Se lo dejas muy difícil a quien te sustituya. Como dicen los de mi pueblo, “nos daríamos con un canto en los dientes” con tal que el sustituto sea tu cincuenta por ciento. Marías hay muchas. Marías bibliotecarias, hay menos. Y María Díez Carriles, bibliotecaria, sólo una.

¡Que suerte para el Ayuntamiento de Santa María de Cayón!

Sabes tú, María Díez Carriles, que en San Vicente de la Barquera tuviste el carisma suficiente para ganarte al instante la simpatía de cuantos te tratamos? ¿Sabes que te marchas debiéndote esta Biblioteca todo el montón de iniciativas que forjaste? ¿Sabes que al menos en el Club de Lectura y en el Taller de Escritura nunca olvidaremos tu sonrisa contagiosa y amigable? Recordarás tú que en San Vicente notaste por primera vez latir dentro de ti la vida de Nicolás?

¡Jó, María, nos estás haciendo una putada con marcharte de aquí!

Pero nos alegramos, María. Nos alegramos porque vas a tomar una plaza en propiedad, y eso hoy en día, deja en pañales al Gordo de Navidad. Nos alegramos porque irás más cerca de tu familia, y porque a Luís, tu marido, le favorece ese acercamiento. Y nos alegramos sobre todo porque vemos el contento y la satisfacción en tu cara.

Y nos alegramos, en fin, porque no te vas. Solamente te alejas un poco. Te alejas, pero tampoco te distancias porque el sentimiento e Internet, nos han de mantener en contacto. Y porque sabemos que te darás arte y parte para organizar alguna Ruta Literaria que nos ayude a compartir un buen cocido montañés en cualquier lugar de nuestra querida Cantabria.

Un abrazo,

Jesús González ©

2 comentarios:

María dijo...

¡Jo, Jesús!! ¡Cómo vuelva a leer vuestros escritos me voy a deshidratar! Muchas gracias por tus palabras.
Un beso enorme

Anónimo dijo...

Es bueno llorar y dejar que las lágrimas salgan, es muy útil para no ahogarse con las penas.
Abrazo GORDO, María.
Jesús, tienes el corazón lleno de cariño y las letras de saber. En este escrito, quedaron ambos reflejados. Lns