Llegó a la isla huyendo de todo lo que la atormentaba, no se había despedido de nadie, ni siquiera comento su marcha. Necesitaba escapar de todas las cosas que la aturdían de todo lo que la asfixiaba, de los problemas y sufrimientos que no la dejaban vivir.
Estaba decidida a romper con aquel pasado y empezar una nueva vida, eligió aquel sitio lejano con la idea de aislarse y olvidar todas aquellas cosas que la hacían sufrir.
Cuando llegó a la isla, se encontró con la ternura, el cariño, la sonrisa, la calma, y esa paz interior que andaba buscando. En aquel lugar el tiempo parecía haberse detenido, y sus gentes irradiaban felicidad, todos los días al amanecer se juntaban en la playa y cogidos de la mano, durante unos instantes, con los ojos cerrados, aspiraban el aire del mar. Posteriormente cada cual volvía a sus quehaceres, emanando felicidad.
Después de varios años sigue viviendo en la isla, ha rehecho su vida y es feliz y para nada se acuerda de los motivos que la llevaron hasta allí.
No ha vuelto a salir de ella, no la hace falta, pues aquí ha encontrado la isla de los sueños, donde no existe ningún problema y todos los días al amanecer junto al mar recarga de nuevo su alma de muchas ilusiones.
Flor,enero,2012
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