miércoles, 25 de enero de 2012

BESOS


Esos besos que tú pides
son la eterna fantasía,
pues lo vives y lo sabes,
a otro quiere y es su vida.

La anarquía que has sufrido
al vivir esa quimera
y que jamás te entregaría
ni los besos ni poemas.

Y pedías, ¡besos, besos!,
a los cielos, a los hados
a ese amor que negaría...
¡y sufrías desamparo!

Desde entonces sobrevives
entre sueño y fantasía,
así afrontas los perdones
de tu dueña y... de la vida.

Y soñabas...

“Entre dos bonitas rosas
ha surgido ese contacto,
te ha bañado de rocío
en un beso tiritado.

Pero el alma se quemaba
al unirse en ese beso,
desecando aquellos brotes
y en las rosas, hubo fuego.

Fue un instante, bien nacido,
de ese sueño, el deseado,
un hoguera que al mirarse
dio calor, ese, el exacto”.

Fue ilusión en el delirio
junto al agua de la escarcha,
con las flores y sin campo,
al calor que no hizo llama...

Despertó cuando soñaba...

“...Que en la tierra sucumbieron
y yacieron con el alma,
se aliaron con estrellas
y cantaron su nirvana”.

Fueron besos sin laúdes
que rozaron las pasiones,
se besaron cual espectros
y olvidaron sus amores.

Y lloraba en el insomnio...

¡Besos, besos, besos, besos...!
pesadilla y destemplanza,
sempiternos sus abrazos,
de unos mimos en el alma...

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
19-I-2012

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