jueves, 3 de noviembre de 2011

PARA LEER UN POEMA COLIBRÍ



Si te levantas
casi dormida
lees poemas
de un sibarita,
¡tan seductores
que casi miman!,
notas el alma
en esas rimas.

En cada verso
coplas sentidas
y entre renglones
que te acarician
de escalofríos
casi suspiras;
rozas leyendo
toda una vida.

Es una letra
de biografía,
es lo que leas
y tú analizas.

Revela al alma,
suena la espita
de otros amores
en una orilla.

Llegan de pronto
buenas noticias
dobla el reloj
con las visitas.
Llama a tu puerta,
sangra la herida,
llena los ojos
de agua salina.

Suenan campanas
laten caricias

llegan de lejos
las lagrimitas,
Suenan latidos
en esas cita,
se hinchan las sienes
mientras se intima.

Rozan las manos,
queman la vida,
ardes por dentro
pero, no gritas.
Suenan tambores
del cielo pían,
son pajarillos
que nos visitan.

Se unen los cuerpos
nacen cenizas,
lloran los vivos,
recapacitas...
Mueren pasiones
y resucitan
esos amores
que nadie dicta.

Y entonces brota
la despedida,
esa que amarga
todas las citas
y resonaba
una sonrisa,
la que se añora
y clarifica.

Poco poema
de un avecilla,

o colibríes
en octavillas.
Era noviembre
y en esta hornilla
puse al poema
esta “puntilla”.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
2-XI-2011

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