viernes, 18 de noviembre de 2011

CONSEJOS VENDO...


...Y para mí, no tengo.

Hoy me tocó volver a Sierrallana, para que la doctora Gutiérrez me informara de cómo marcha el control que lleva sobre mi sangre, y salí más que satisfecho. Así que como siempre que me siento contento, y más con un día tan espléndido como el de hoy, mientras conducía, observé también las novedades que había a un lado y a otro de mi camino. La novedad de este día supongo que abarca todo el ámbito nacional, porque no era otra cosa que los carteles publicitarios de las próximas Elecciones Nacionales, pegados en los lugares más insospechados.

Los primeros que advertí fueron las fotografías gigantes de Miguel Ángel Revilla, y observé que algún graciosillo de turno, en todas ellas le había pintado de rojo la nariz. ¡Pobre Revilluca! –Pensé.- Alguien quiere llamarle payaso…

Pero circulando por distintos lugares de Torrelavega descubrí que no era solamente a Revilla, sino que a todo aquél político que aparecía en los carteles, fuera del partido que fuera, le habían colocado la nariz de payaso, y ya la cosa me hizo menos gracia. Me pareció una gamberrada, o mejor, una falta de civismo.

Pero mira, también me hizo pensar un poco: No, los políticos no creo que sean payasos. Al menos no todos. Pero la parafernalia que forman para tratar de convencernos de que ellos, (los que sean,) son los mejores,
eso al menos, sí que parece un circo.

Pero si es que a estas alturas todos sabemos ya que “obras son amores, y no buenas razones”. Nadie va a decirnos que él quiere hacer las cosas mal. Es más, estoy seguro que nadie tiene intención de hacerlo mal, lo que ocurre es que las promesas son una cosa, y la falta del talento necesario para conseguirlas, es otra.

Pero no es a este puerto donde yo quiero arribar; es al del dinero. Dicen los de un bando que la “cosa” está muy mal. Los del otro, que mal no, que peor. Que nos tenemos que apretar el cinturón. Pues según cuentan las crónicas, ya hay cinco millones de nosotros, que no tienen correa suficiente para hacerse más boquetes, y seguir apretando. Y yo, que tampoco tengo muchas entendederas para comprender todo este tinglado de propaganda política, pregunto a quien sepa responderme: ¿No se pueden hacer Elecciones sin este despilfarro de propaganda?

Tengo en la mano El País del sábado 5 de noviembre de 2011, y al leer lo escrito por Rosario G. Gómez con el título de “La factura del debate”, por poco me da un soponcio.(Si precisamente por eso, por cuidar mi salud, es por lo que casi nunca leo los periódicos.) Tanto es así que no me resisto a dejar de copiar para vosotros algunas de las cantidades, para que podáis tomar nota del ejemplo de austeridad de nuestros políticos: El alquiler del Palacio de Congresos con seguridad y aparcamiento costó 91.000 euros. La construcción del decorado con gradas para fotógrafos, camarógrafos y photocall, (que no se qué coño es,) 80.000. Alquiler de unidades móviles, 70.000 euros más “del ala”,(que tampoco sé a que viene lo del “ala”,) El operativo técnico, que fue duplicado para evitar incidencias, (no se quien coño iba a incidir,) con los equipos de iluminación, con “cabezas calientes”, y steadicam, (que tampoco sé,) 40.000 euretes más. (Y menos mal que con las cabezas calientes no fueron también los pies fríos, que nos hubiera costado otro ojo de la cara a los que tenemos que apretar el cinturón…) La sala de prensa con ADSL para cuatrocientos periodistas etc. etc., 20.000 euros. Treinta y cinco mil euros más, (lo pongo con letras para no emborrachar a nadie con tanto número,) de pantallas de televisión para prensa e invitados. 20.000 del catering de periodistas e invitados, 10.000 en concepto de transporte, y 15.000 en el capítulo de acreditaciones, que tampoco sé que leches tuvieron que acreditar. Total, entre 530.000 y 550.000 euros nos costó a los españoles ver como gesticulaban dos candidatos diciéndose el uno al otro que “tu eres peor que yo”. Mención especial merecen Manuel Campo Vidal y Fernando Navarrete, moderador y realizador respectivamente, que en lugar de acogerse a lo de “río revuelto, ganancia de pescadores”, no cobraron un solo céntimo porque lo enfocaron como un “servicio a la democracia” Al final, no se si a vosotros, Manuel y Fernando, el resto de los componentes del debate no dejarían de llamaros tontos. Pues se me está pareciendo, es lo que piensa la mayoría de la gente que tiene decencia...

Jesús González González ©

1 comentario:

María dijo...

Eso es, Jesús, un gasto indignante en los tiempos que corren. Se te quitan las ganas incluso de ir a votar...
María (biblioteca)