lunes, 19 de septiembre de 2011

LA BIBLIOTECA EN SEPTIEMBRE


De pena. Vamos, de echarse a llorar. Pasar por allí, ver aquellas ventanas cerradas, y caérsele a uno el alma a los pies, es todo la misma cosa. El reflejo de los cristales ante las contraventanas marrones da la impresión de ser lagrimones gordos como puños. Si señor, hasta los ventanales lloran de tanta tristeza. Y para más “inri”, hay un letrero sobre la puerta de entrada que dice “Cerrado del 1 al 16 de Septiembre”. Es un letrero con las medidas exactas de una esquela mortuoria, que ha hecho santiguarse a más de un viandante que sin duda pensó que aquello era el tanatorio del pueblo.¡Qué cosa más triste es una biblioteca cerrada!

Allí, ni tan solo un murmullo. Ni un niño, ni un joven, ni un viejo… Bueno, menos los que ya andamos con demencia senil, que subí yo un día a devolver el libro que leí, sin recordarme que María me había avisado de que a primeros de septiembre se cerraba. Leí el fúnebre cartel de la puerta, de aquella puerta cerrada y triste como un ataúd, y se me pusieron los pelos de los brazos erizados como las púas de un puercoespín. ¡Qué tristeza mete en los cuerpos una biblioteca sin vida!

Además, el libro que fui a devolver, no me gustó. Nunca leí una historia con personajes más increíbles. De buen gusto le hubiera abandonado a mitad del camino, pero como la trama se desarrollaba aquí, en Cantabria, seguí y seguí leyendo por ver si acertaba a descubrir que pueblo se ocultaba bajo el seudónimo de “G…”, pero no hubo manera. ¿Gerra? Vete a saber… Según el autor, a medio camino entre Torrelavega y Llanes.

Hoy día l6 volví con el libro a la biblioteca, y mis narices toparon de nuevo con la puerta cerrada de la funeraria. Se ve que estoy hecho un pobre pendejo. Lo decía clarísimo en la esquela mortuoria: Cerrado hasta el día 16. Que como el 17 es sábado y el 18 domingo, quiere decir que hasta el lunes 19, aquél lugar sigue siendo un catafalco.

Yo el 19 no estoy, que si estuviera subiría al campanario de la iglesia a primera hora de la mañana para repicar a gloria. Que una verdadera gloria es ver a María abriendo las contraventanas marrones para que entre la luz a raudales e ilumine de nuevo las estanterías repletas de libros, y ver entrar a niños, a jóvenes y menos jóvenes a disfrutar de la eterna sonrisa de la bibliotecaria mientras escogen nuevas lecturas, o intentan navegar en Internet… Y ¡por favor, no cerréis las bibliotecas…!

Jesús González González ©
Septiembre 2011

1 comentario:

María dijo...

¡Jesús, ya me tienes de vuelta!
Espero tu pronta visita. Da gusto volver al trabajo y encontrarte estos regalos.
Un abrazo y disfruta en Portugal, aunque ya lo conozcas.
María (biblioteca)