lunes, 19 de septiembre de 2011

A PORTUGAL


Me voy el lunes día 19, pero la verdad, no me hace mucha ilusión el viaje. Y eso que Portugal me gusta. Quizás por estar tan cerca he ido muchas veces, y casi conozco el país entero. Donde vamos ahora, estuve ya varias veces. Yo mismo me pregunto a que coño vuelvo. Bueno, hay en el programa un pueblo que no conozco, Óbidos. Le busqué en Internet, y me parece interesante. Ya tengo un motivo para ir. Más, ¿es suficiente un solo pueblo para un viaje de seis días?



Además, el hotel le tenemos en Fátima, y esto es una auténtica jodienda. La primera vez que estuvimos mi mujer y yo en Fátima, fue hace mil años con Mariuca y Luís, unos amigos de Torrelavega, y ocurrió que subiendo las escalinatas del Santuario, Mariuca se cayó, rodó tres o cuatro de aquellos empinados escalones, y cuando paró de rodar, se levanta y exclama: “!La Virgen de Fátima me paró!” Yo respondí al instante: “Pues pregúntale quien te tiró, que yo no fui.” Pernoctar seis noches en Fátima es lo que menos me gusta. ¡Pero si aquello es aburridísimo! Allí, quitando el Santuario y cuatrocientas tiendas donde se venden las imágenes de cuantos santos hay en la Corte Celestial, no busques otra cosa. En otras dos excursiones he pernoctado allí, y te juro que no me gusta. Ya, ya se, que allí sólo vamos a dormir.



Si, pero mientras no estoy durmiendo, ¿qué coño hago? No soy persona de bares. Y de excesivos rezos tampoco. Tengo mis creencias que practico a mi manera, pero esto de los Santuarios, me dice muy poco. Para mi la fe, es otra cosa.



Yo supongo, y creo que no me equivocaré mucho, que Fátima es el lugar barato por excelencia para todo tipo de excursiones a Portugal. Me refiero a excursiones baratas, de estas que viajas, visitas, comes y duermes por cuatro perras, que es el caso de las excursiones que yo suelo hacer. Pero ¡coño, que ya está bien!.Algún otro sitio habrá donde sin pagar mucho más podamos cambiar de panorama. ¿Porqué hemos de dejarnos siempre influir por lo que digan las agencias de viajes? La última vez que estuve allí, que fue en una excursión organizada por la Casa del Mar, comimos pésimamente. ¡Y mira que es difícil comer mal en Portugal Pues no comimos mal, comimos peor.



Me pregunto entonces porqué hago este viaje, y creo que me empujan a ello varias cosas: La primera, que es barato. Para ser sincero diré que baratísimo. Además, ya he dicho que a mi Portugal me gusta mucho. También por cambiar de aires, por romper la rutina de todos los días…Por convivir con el resto de los excursionistas, que esto también enriquece. Porque Lisboa es una ciudad romántica llena de encantos, y por aprovechar el tiempo que me queda en el que aún puedo caminar. ¿Es, o no es suficiente motivo?



Además, siempre está la duda, que también tiene su encanto. ¿Quién te dice a ti que en esta ocasión no comemos de puta madre? ¿O que durmiendo una noche se nos aparezca el espíritu de Amalia Rodrigues cantándonos un fado? Si fuéramos niños se nos podría aparecer la Virgen de Fátima, pero ya con tanta malicia como tenemos los viejos, no es cuestión de esperar semejante cosa…

Jesús González González ©

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