Cuenta la leyenda que un pueblito pesquero hay unas hadas que hacen los sueños realidad, mientras todo el mundo duerme, ellas en la noche trabajan laboriosas. Con paciencia y esmero, diseñan, escriben, con mimo y detalles, realizan sueños que hacen felices a los demás. Dicen que se las puede ver contemplando las estrellas y embriagándose en la noche de esa magia, que solo ellas pueden poseer.
Por el día pueden verse en ocasiones, pues aparecen como mujeres y se las puede distinguir, si te fijas bien puedes reconocerlas, pues en sus manos portan, bolsas con los regalos de las personas que van a sorprender, en sus caras la sonrisa permanente y ese halo misterioso que las hace tan mágicas.
En las madrugadas con el trabajo realizado se duermen esperando la ocasión de sorprender y alegrar con sus regalos.
Son pacientes y primorosas, a veces un poco despistadas y misteriosas, risueñas y pacientes.
Las he visto hacer felices a mucha gente y sé que poco a poco la leyenda dejara de serlo, yo puedo presumir de ser una de esas personas a las que con la magia de su varitas mágicas, me han hecho inmensamente feliz, mis deseos e ilusiones se han hecho realidad y por eso hace tiempo que creo que las hadas existen.
¿Tú no crees?
Flor Martínez Salces ©
Agosto 2011
1 comentario:
Ay Flor!, escribes poesías, pero la prosa se te da genial.
Es tan bonito este relato, que me ha encantado.
Que tus hadas sigan sorprendiéndote.
Muchas gracias
Un beso
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