viernes, 24 de junio de 2011

TERCERA CLAUSURA


Por lo que me dijisteis, ya son tres años. No lo sabía. A mi me parece que fue ayer cuando nos juntamos por primera vez en la Biblioteca para poner en marcha este Taller de Escritura. No os extrañéis, pues la noción del tiempo se va perdiendo con los años. A lo mejor es que el tiempo no importa mucho. Más bien creo que no importa nada. Lo que importa es como se vive ese tiempo, y las personas que le viven en tu entorno. Quiero con esto decir, que lo mismo que sean tres años o sean trescientos, lo importante sois vosotros.

Yo estoy todavía un poco acojonado por aquello que leyó Lines. Creo que se pasó tres pueblos, como se suele decir, o que me conoce menos de lo que ella se piensa. O que no aclaró al final que por ser mi amiga sólo contaba mi parte buena mirada además con cristal de aumento, y que dejaba en el tintero la parte menos buena para que lo cuente otro. De todas formas Lines, un montón de gracias, y también al resto que la aplaudisteis. Pero que conste que yo no os quiero menos.

Fue una pena los componentes del grupo que faltaron. A María y Jezabel las disculpamos porque sabemos que el trabajo es sagrado. De Laura nos alegramos que se lo estuviera pasando en grande con su familia por Alicante, y, ¿cómo no vamos a justificar la falta de Lali si sabemos que estaba sola en la casa al cuidado de los nietos? Otra cosa es Susi. A Susi le vamos a tener que dar un tirón de orejas, porque sospecho que “hizo novillos” para no tener que leer en público.

Os distéis cuenta que esta vez tuvimos más público que nunca? Será que la gente empieza a interesarse un poco, o será que no tenían otro sitio donde ir? Bueno, tampoco es cuestión de analizar tanto; lo importante es que estuvieron.

Y ahora, así, entre nosotros, ¿Os habéis atado al dedo el comentario de Foncho dos días antes de la clausura? Pues andémonos con cuidado, que me pareció un poco pasiego. Ya sabéis: “No te digo que te vistas, pero ahí tienes la ropa”.

Dijo que él debía dedicar mucho más tiempo al Ayuntamiento; que sería bueno buscar otra persona que… Y nosotros, ni pío. Pues “ni pío”, no. ¡De ninguna forma debemos consentir que nos deje en la estacada! En caso necesario, creo que es muchísimo más fácil encontrar un nuevo concejal para el Ayuntamiento, que un Director de Taller de Escritura. ¿Os parece bien que llevemos el caso a los Tribunales si se atreve a insinuar otra vez algo parecido? ¡Hombre, Rafael, no nos jodas, que somos todos como una auténtica familia!

¿Visteis lo salerosa que estuvo María haciendo la presentación del acto? Así, como aquél que no quiere la cosa, dijo que era la hora de empezar, se sonrió un poco más de lo que ella suele hacerlo, sacudió dos veces la melena, y presentó tras lamentar que no hubiera llegado Luis Alberto Salcines. ¡Así se hace María, que la hora es sagrada! Pero Salcines llegó. Llegó al momento, y se escurrió como una sombra hasta el fondo del salón. Pero, ¡que fiel es este hombre!

No nos vamos a dar cuenta de quien es Salcines hasta que nos falte. Y como dicen en mi pueblo, “después del burro muerto la cebada al rabo” Con éste tenemos que hacer lo mismo que con Foncho, si algún día se olvida de nuestro Taller. ¡Demandarlos por abandono familiar!

Y ya con vistas a la próxima edición, ¿no habrá por ahí algún fichaje nuevo de gente aficionada a darle a la tecla? Gente joven que nos levante el ánimo a los viejos. Andad, miren ustedes por ahí a ver si descubren vocaciones nuevas, que seguro que las hay…

J. González ©

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Eso, eso, a juicio sumarísimo!; de nada Jesús, es un placer estar en ese grupo. Lines

nreigadasn dijo...

Jesús, estoy de acuerdo contigo, lo llevaremos al Supremo y en caso de que el fallo no nos beneficie, apelaremos al Constitucional.

Besos,
Nieves