domingo, 21 de marzo de 2010

¿DESCANSO?

Dejamos atrás el día de llegada y tomamos el camino de Javea. Es localidad costera, de pescadores, pero ahora ese oficio apenas subsiste, la falta de gatos y gaviotas en el muelle lo evidencia, sin embargo al cambiar su forma de vida por el turismo, posee un gran puerto deportivo. Su litoral es agreste, entre los cabos de la Nao y San Antonio. Posee tan solo una playa de arena, el resto tienen la peculiaridad de ser de cantos rodados, su río se llama Gorgos, siendo su máxima elevación el monte Montgó, parque natural.

Como casi todas las poblaciones poseen ciertos diseños novedosos en construcciones o aspectos estéticos de fuentes, muros, rotondas u otros del entorno urbano. En Javea rodeando el aparcamiento, se ve un muro de contención distinto. Son piedras en trozos desiguales, no superan ni en grosor ni en longitud los 25 centímetros, introducidos supuestamente a presión en unas mallas de acero, que dejan una vez cerradas, la forma de un prisma rectangular, (ortoedro). Están superpuestas en forma escalonada y medirán de largo metro y medio, por metro de fondo y 70 centímetros de alto. Dan la apariencia de las almendras del turrón duro o de Alicante.

Es la más parecida a los paisajes del norte, naturaleza en todo su esplendor, con rincones para disfrutar de ella, dejando atrás tanto cemento. Paradisiaco en sus calas, zonas extensas de verdor con esa vegetación puramente mediterránea que aún perdura en la población. Miradores que casi no denotan el paso humano de no ser porque se encuentran en él, bancos y muros sabiamente colocados, sin desentono, lugares caídos a la mar reposando sobre las piedras, musgos de colores centelleantes y averdados en múltiples tonos. Recuerdan los de nuestros bosques por ese color vivo, transparentando las grandes losetas de roca natural a través del agua mansa, ¡Que paz deja en la piel!

En la misma orilla y en su largo paseo marítimo, las canteras marinas de piedra denominada tosca, es la que se percibe en todas las casas, enmarcando entradas, ventanales y pequeños porches con arcos de medio punto o en forma de herradura árabe, denotando la influencia de estos durante siglos.

Grandes restos de su historia, preciosamente conservados: neoclásicos, estilo civil aragonés de la época de Felipe III, conventos de estilo gótico con el perfil al uso catalán del siglo XVII, neo-gótico o barroco en su mayoría. Hay profusión en piedra de la zona, es lógico ya que se proveían para estas construcciones de las canteras más cercanas.

Es más, hace unos 130 años, a causa de la “filoxera”, destruyeron cantidad de vides y emigraron una parte importantísima de los habitantes de estas costas a la Argelia francesa, allí recuperaron sus ingresos. Pasados unos años de nuevo retomaron el camino de vuelta, ya que el parásito había abandonado sus ataques a los cultivos en sus lugares de origen, después de conseguir el necesario dinero para subsistir.

Qué curiosa es la vida, se les expulsó de estas tierras, con expropiación todas sus propiedades y riquezas, persiguiendo a todo aquel que contravino esa orden y se quedó aquí. Al abandonar por ley sus campos repletos de sembrados, produjo la ruina en el lugar, pues los lugareños entre otras cosas, carecían del saber necesario para mantener los cultivos. Gracias a los que quedaron escondidos en lugares recónditos, se fueron adaptando a ese trabajo y supervivencia. Fue una ruina en lugar del pretendido enriquecimiento de la zona y sus gentes.

Lo que más sorprendió es la iglesia de la Madre de Dios de Loreto y los molinos ya parados en el tiempo y utilidad. Este templo concluido en 1967, causa impresión por su diseño espectacular, imaginativo y singular, hierro y cemento, sencillo, sin adornos, liso, monocolor, dedicado y costeado por la población en su mayoría pescadora. Es alargado y parece estar armado como un barco en construcción, 12 pilares que imaginando fueran los postes de madera, sujetando las cuadernas, quilla y esqueleto de la futura nave, para su ensamblaje. Representando a los doce apóstoles.

Su campanario inmenso está separada del templo, espectacular con una elevación importante, de la que creo haber contado 10 campanas, parecen juncos elevados, estéticos y altos, limpios, da la sensación de que saldrán entre ellos las aves de la zona.

El interior nos devuelve rápido a los adentros de un navío, en su cala o bodega, con unas puertas disimuladas en la panza, que a la vez dejan pasar a raudales la luz, lo mismo que la claridad multiplicada desde la altura, ventanales abiertos por todo alrededor, el suelo en mármol, parece el famoso travertino. El inmaculado altar tan solo adornado con un cristo inmenso en la cruz, sujetado por cables transparentes que nos devuelve esa imagen flotando en le aire. Están a los lados en segundo término dos vírgenes, una de ellas da nombre a la iglesia.

Bajo este suelo se encuentran almacenados diversos útiles necesarios e imágenes, que en determinadas festividades o celebraciones saldrán a la luz. Un coro increíble y grabados al aire. Los bancos ensamblados, sin clavos, otra vez haciendo efecto de las cuadernas juntadas y calafateadas de una embarcación.

Está rodeado por rejas en hierro redondeadas en su extremo, dejando intuir las olas, pegados a los barrotes, se ven peces que simulan flotar enmallados en una tela metálica, que reproduce la red apresadora.

Los molinos de viento están en lo alto de las elevaciones naturales, datan del siglo XIV. Están por supuesto desnudos de aspas, son circulares y torres de altura, pero aún se advierte la belleza y utilidad de entonces. Pretenden recuperarlos y adaptarlos a museos o representaciones de lo que fue este trabajo. Hay 12 de estos trituradores de muelas pétreas.

Pasamos a Denia. Fue la Taifa musulmana de la zona, sin embargo ahora se la llama la California Europea. Los fenicios instauraron el empleo de la agricultura en terrazas escalonadas sobre el terreno en desnivel, defendiéndolo así de las lluvias torrenciales y la sequía, aprovechando mejor los cultivos. Es el segundo productor en uva pasa. Por aquí campeó el Cid en batallas, rompiendo y destruyendo por órdenes de su amigo y rey.

Denominada Costa Blanca por la profusión de la flor del naranjo o azahar. Vimos el museo del juguete “por afuera”, (esto de ir contra reloj es una faena), admiramos los edificios históricos y restos de obras del tiempo fenicio y romano.

Se han contado más de 82 nacionalidades entre sus habitantes y la población es de origen extranjero por encima del 53%, es lo habitual en estas zonas de turismo, en Calpe sobrepasa el 65%. Hablan inglés con diferencia sobre otros idiomas. En verano aumenta en más de 200.000 turistas, cofra que multiplica por cuatro sus habitantes.

Cercano a ella está el humedal de Pego, protegido desde 1994. Tiene vegetación y animales propios en ese entorno, diferentes tipos de galápagos, aves, aguas termales, samaruc, gambetas, petxinos, (almeja de río), con una extensión de 1.248 Ha., pasabas kilómetros y kilómetros por sus orillas. Al otro lado de la carretera, empezaban los enormes plantíos de vides con retorcidos y caprichosos troncos, almendros floreciendo en diferentes tonos, indica las distintos tipos de almendras, granados y algunas muestras de los naranjos, pues están al norte de Alicante y Valencia tiene mayoría en estos frutales.

Lo más sorpresivo es el color de las piedras y tierra, se entiende su mercado y trabajos en alfarería, las tejas de las viviendas mantienen ese color, en el paisaje casi desaparecen al quedar integrados en él, mimetizados. Es un ocre continuo, de diversos matices. No entristece pero abruma. Dicen que gracias a la profusión de lluvias este año, está todo precioso y verde. Ellos lo notarán porque no tienen esa vista normalmente, pero a mi me pareció escaso comparado con nuestras tierras norteñas. Noté la falta de ganado vacuno.

Tomamos el camino a Calpe y el renombrado peñón de Ifach, que en la distancia y según la dirección visualmente parecía una piedra, cabo e incluso el de Gibraltar. Parque natural, con un kilómetro entrando en la mar.

Además de deseada la llegada, pues recorrimos un camino con más curvas que un “hilo con nudos de 100 metros en un bolsillo”, ¡buff!. Desde luego el paisaje a la altura de esa carretera casi abismal, fue increíble. Hay también una iglesia ortodoxa que se construyó en uno de estos recodos. Es sorprendente ver esa forma en cúpula, brillantes dorados, redondeada y al vez dirigida al cielo, con las tejas en azul como en la mayoría de los templos de la zona, en un entorno de naturaleza, por ser un edificio religioso se le concedió permiso.

A su entrada asombra un edificio en forma de pirámide, casi no paramos más que para ver la venta del pescado en su lonja. Antes de llegar advertimos que los locales hosteleros, enseñan en profusión todo tipo de platos, tal cual se presentarán en la mesa. Curiosa manera de que el cliente sepa desde el principio cómo y qué debe pedir sin dudas de cantidad, formas y especie de los elementos, sobre todo provenientes del mar.

Ya en la lonja, vimos desde un alto en que se divisaba la pesca total, distribuida en cajas y lotes, se compra a la baja, es decir, se da un precio y ahora por medios informáticos, va bajando hasta que algún comprador interesado para en determinado importe. Se adhiere una nota del precio y dueño y sigue la venta. La diferencia con la de aquí es que se puede vender directamente al público y que tiene despacho de pescadería directo. Había todo tipo de pescado, marisco e incluso almejas.

El tamaño asustaba, era como si nos hubiéramos trasladado al país de Liliput, todo reducido, a tal punto que a las merluzas se les denomina “clavo” por su pequeñez. Es la pesca de los arrastreros, recogen de todo y el tamaño que cuadre. Salmonetes, rape, langostinos, cigalas, algunas langostas estas un poco más grandecitas, pulpo, lenguados de varias especies, congrios, gambas, chopitos, pulpo, una especie de esquila esmirriadilla desconocida para mí… ¡Qué menudencia! Los precios subidos de tono, pero es lógico si se venden a por menor.

Hicimos algo de investigación en la parte del tinglado marinero, de redes y barcos. En un rincón apreciamos alguna nasa similar a las de aquí, unas ánforas de unos 30 centímetros para la pesca del pulpo, este útil es lógico si pensamos que estamos en tierra de alfarería. Estaban casi forrados en una especie de coral blanco, da la sensación de cortos hilos blanquecinos, flojos corales denominados lampilla, ahora pegados y endurecidos en la cerámica.

El recorrido histórico muy interesante, construcciones del XV, XVII y XVIII, restos de murallas defensivas, molinos harineros reconvertidos hoy, masias fortificadas, torreón, interesantes portaladas en esas viviendas rurales, situadas al sur en las que las uvas secaban, almacenes e incluso usados como alivio al frescor de su sombra. Al día de hoy se imita en las nuevas edificaciones como estética. Hay unos depósitos y canales denominados Baños de la Reina. Pudieron ser incluso viveros para el mantenimiento de peces vivos para la alimentación del poblado, estaba comunicado con el mar. Data del IV o V d.C.

Se ven parte de lo que fueron las salinas, que hizo de Calpe ya antes de llegar los romanos, una población con riqueza. La sal era uno de los tesoros de entonces, sus barcazas de transporte eran atacadas para el robo de ésta. Hoy día sigue siendo el condimento más utilizado, pero tiene otros usos, la salazón como conservante, para las carreteras en los inviernos, salmueras, entre otros. El “salario” con que definimos nuestra retribución al trabajo, emana de la importancia que tuvo este compuesto químico.

De regreso arropada con el colorido de esos frutales coloristas, llanas o escalonadas, salteados con viviendas de trabajo a la antigua usanza, historia, ocres, mar siempre en calma, el sol cayendo temprano por nuestra posición más al este, reposada y cansada, observando al regreso dilatado dejando viajeros en diferentes puntos; esto permite poner el ojo en otros detalles que en la mañana se obviaron. Las conversaciones y llamadas telefónicas ajenas, hablando tan alto que pareciera no necesitar para nada ese aparato comunicador, donde éramos participes de sus cariños filiales, de sus impresiones y cansancios, sus apelativos cariñosos tipo “prenda o vida”, con el choteo general y las sonrisas puestas, mandando alguno de los compañero: Dale abrazos de mi parte…

Llegar, asearse y seguir la culminación de esta primera jornada, alimento del cuerpo y disfrutar de alguna actividad reconfortante para el alma, después casi arrepentida de haber exprimido tanto el tiempo, es posible que el descanso hubiese sido más rentable. Pero las vacaciones según decía una señora nonagenaria, son para cansarse y descansar luego en casa.

Espero tener esa posibilidad.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
20 de marzo de 2010

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