miércoles, 23 de diciembre de 2009

SEGUNDO ENCUENTRO LITERARIO


FERNADO ABASCAL



De nuevo una sorpresa a pesar del aspecto serio, correcto, grave casi de profesor en el aula, siendo como es profesional de la docencia, nos dio lecciones que esperábamos con gusto, pero supo atraer la atención a su poesía. El la llamo real, decía que el poeta del que todos tenemos formado una idea, no es él ni es lo que hoy día se escribe.

Un poeta es alguien vivo, que no está enfermo ni siquiera de amor, ha dejado de arrastrar su sombra apenada por los cafés y tugurios oscuros, ese romanticismo que les achacamos se ha quedado en el tiempo de Bécquer y su nostalgia. Tampoco hoy se pasean sus tremendos pesares e incomprensiones, arruinados.

Admite que la poesía o la prosa puede estar escrita tremendamente bien, con una gran sensibilidad y sin embargo el autor ser un ser despectivo y desagradable, con dependencias en estupefacientes o incluso, depravados a cualquier nivel. Ningún oficio es privativo de la bondad u otros dones y este tampoco.

Hoy son miradas a la vida real, a objetos reales, con definiciones calmadas que define como de plano, secuencia o foto, a la debilidad, a los sucesos actuales, a un tenedor o a una señora que recoge su persiana y mira sin ver al vacío de afuera viendo el suyo propio.

Fernando dice ser un escritor con otra forma de ver la vida, es el camino que recorre la imagen propia de un espejo, hasta el pensamiento que casi ni se reconoce a si mismo o simplemente tu realidad mostrada en el reflejo. Es lo que sucede en ese recorrido intangible.

Le gusta retratar en sus versos gran colorido pero con poca rima, con medidas concretas pero poco usuales, demostrando todo el tiempo esa realidad, los miedos infantiles, la curiosidad, el llanto impetuoso, el paso del tiempo, la enfermedad, la muerte, el trabajo…

Son interesantes nuevas formas de ver la poesía, quizá nos anime a tratar de hacer algo similar y algunos encuentremos un lugar en ese importante sitio de los poetas.

Dice que escribe de forma dispersa, inconstante, algo de prosa, que tiene cariño a un minúsculo libro editado por E. Tantin, se titula "Manual para cruzar el Mar".

Nos comenta que le contraría cuando alguien dice la definición de escritor, porque en ella no entra igualmente la de poeta, oficio a veces denostado, empequeñecida en los hombres muy hombres, pues se piensa que necesitan sensibilidad que se desarrolla tan solo en débiles, desprotegidos y con poca hombría.

Nada más lejos de la verdad.

Se inspira en todo lo que ve, en todo lo que lee, sobre todo ensayo, pero que escribir ha de ser un clip, un toque casi mágico para empezar. Pide lo mismo a la hora de leer poesía, cuando apetezca, poco a poco, es necesario incluso releerla.

Cuando leamos sus escritos deberemos saber que escribe de otros, de lo que le entra por los ojos o percibe, que no necesariamente él ha vivido. He pensado como definirlo, enana especie de ciencia ficción real. Son sensaciones de lo que pueden sentir o hacer los demás, del detalle de la observación. Hemos de tomarnos el tiempo para hacerlo con atención y reposo, será la manera de entrar a ver su paseo cargado de sensaciones limpias.

Ha sido lector impenitente desde temprana edad, empezó con los poemas intentando emular e incluso superar los leídos por orden de profesores y por lo que escogía motu propio.

Dice algo que vemos siempre que comenzamos un nuevo libro: Siempre se está aprendiendo a leer. Personaje con una poesía original, que es llevada de la mano contemporánea de Fernando Abascal, escritor.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
21 de diciembre de 2009

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