San Vicente de la Barquera Diciembre – 2009
Querido Jesús:
Así empezábamos las cartas hace años, cuando teníamos necesidad u obligación de comunicarnos. Éramos jóvenes y no teníamos teléfono, ni mucho menos móviles y ordenadores, para saber los unos de los otros.
Personalmente siempre me han gustado las cartas; lo mismo leerlas que escribirlas, de hecho yo escribía todas las cartas que salían de casa de mis padres. También le escribía las cartas a mi abuela, ella me decía lo que quería transmitir y yo se lo "colocaba" en el papel a mi manera. Le gustaba que le leyera lo que había escrito y siempre comentaba lo mismo: "Es lo que yo siento pero escrito como en una novela".
Con alguna de mis amigas también hacía lo mismo al escribir a su "noviete" quinceañero. No quiero pensar qué habrá dicho el muchacho cuando yo desaparecí de la zona y mi amiga tuvo que escribirse las cartas ella misma. Pero bueno, que me voy por los cerros de Úbeda.
Comenzaba esta carta con el "Querido Jesús " y no es sólo una frase hecha, es cierto que te queremos, y mucho, en el grupo de escritura. ¡¡Qué caray!! en el de escritura, lectura, amas de casa, en el club social… por donde quiera que vayas, ¡y vas por muchos sitios!, la gente te quiere. A ti y a Avelina os pasa como a mis "abuelos postizos" de los que hablaba en la carta del Taller; sembráis bondad y recogéis cariño que es lo que os merecéis.
Nos decías al grupo en tu carta que esperas, que cuando te dé el "patatús", te recordemos con cariño y le demos contestación a la misiva. Yo no voy a esperar al "patatús", entre otras cosas porque cabe la posibilidad de que me dé a mí primero y los dos nos quedemos con las ganas; yo de escribirla y tu de recibirla.
Voy a confesarte una cosa, y esto tómalo como un gesto de cariño porque no soy muy dada a las confesiones, has hecho que caiga en el pecado de la envidia. Sí, yo que en estos momentos de mi vida tengo todo lo que puedo desear he sentido envidia de las dos “chavalinas” más jóvenes del Taller porque como bien decías puedes ser su abuelo. Ya me gustaría poder quitarme años para estar en ese grupo con ellas.
Mi enhorabuena para vuestros hijos que deben de estar muy orgullosos de los padres que tienen y a vuestros nietos les digo que os disfruten todo lo que puedan, que tienen dos auténticas joyas como abuelos. Seguro que todos ellos ya lo saben y no necesitan que nadie venga a recordárselo.
Bendita sea esa verborrea que, según tú, puede llegar a fastidiarnos y aburrirnos. Ojalá sigas "fastidiándonos" muchos años más porque como tú muy bien dices el día que falta uno le añoramos, y le aplaudimos aunque no esté. Yo empiezo a aplaudirte ya para no tener que añorarte en un futuro muy lejano.
Recibe un beso muy fuerte y todo nuestro cariño, el de todos, que si no es amor esto que sentimos por ti, está muy cerca de serlo.
Laura
Querido Jesús:
Así empezábamos las cartas hace años, cuando teníamos necesidad u obligación de comunicarnos. Éramos jóvenes y no teníamos teléfono, ni mucho menos móviles y ordenadores, para saber los unos de los otros.
Personalmente siempre me han gustado las cartas; lo mismo leerlas que escribirlas, de hecho yo escribía todas las cartas que salían de casa de mis padres. También le escribía las cartas a mi abuela, ella me decía lo que quería transmitir y yo se lo "colocaba" en el papel a mi manera. Le gustaba que le leyera lo que había escrito y siempre comentaba lo mismo: "Es lo que yo siento pero escrito como en una novela".
Con alguna de mis amigas también hacía lo mismo al escribir a su "noviete" quinceañero. No quiero pensar qué habrá dicho el muchacho cuando yo desaparecí de la zona y mi amiga tuvo que escribirse las cartas ella misma. Pero bueno, que me voy por los cerros de Úbeda.
Comenzaba esta carta con el "Querido Jesús " y no es sólo una frase hecha, es cierto que te queremos, y mucho, en el grupo de escritura. ¡¡Qué caray!! en el de escritura, lectura, amas de casa, en el club social… por donde quiera que vayas, ¡y vas por muchos sitios!, la gente te quiere. A ti y a Avelina os pasa como a mis "abuelos postizos" de los que hablaba en la carta del Taller; sembráis bondad y recogéis cariño que es lo que os merecéis.
Nos decías al grupo en tu carta que esperas, que cuando te dé el "patatús", te recordemos con cariño y le demos contestación a la misiva. Yo no voy a esperar al "patatús", entre otras cosas porque cabe la posibilidad de que me dé a mí primero y los dos nos quedemos con las ganas; yo de escribirla y tu de recibirla.
Voy a confesarte una cosa, y esto tómalo como un gesto de cariño porque no soy muy dada a las confesiones, has hecho que caiga en el pecado de la envidia. Sí, yo que en estos momentos de mi vida tengo todo lo que puedo desear he sentido envidia de las dos “chavalinas” más jóvenes del Taller porque como bien decías puedes ser su abuelo. Ya me gustaría poder quitarme años para estar en ese grupo con ellas.
Mi enhorabuena para vuestros hijos que deben de estar muy orgullosos de los padres que tienen y a vuestros nietos les digo que os disfruten todo lo que puedan, que tienen dos auténticas joyas como abuelos. Seguro que todos ellos ya lo saben y no necesitan que nadie venga a recordárselo.
Bendita sea esa verborrea que, según tú, puede llegar a fastidiarnos y aburrirnos. Ojalá sigas "fastidiándonos" muchos años más porque como tú muy bien dices el día que falta uno le añoramos, y le aplaudimos aunque no esté. Yo empiezo a aplaudirte ya para no tener que añorarte en un futuro muy lejano.
Recibe un beso muy fuerte y todo nuestro cariño, el de todos, que si no es amor esto que sentimos por ti, está muy cerca de serlo.
Laura
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