miércoles, 9 de diciembre de 2009

ESPERO...


Este día ha sido para mí un mundo de buenas nuevas relacionadas con personas que me interesan. Es una sensación bastante agradable, más creo que se podría llamar bienestar que curioso, las cosas de la vida son importantes cuando entra en juego el sentimiento. Desde luego que si se tiene resueltas algunas historias relativas a la salud, el trabajo y familia, estos aspectos del alma se valoran más.

El primer contacto llegó del kilómetro cero de esta mi España, supe por medio del correo que pasó una temporada escasa de salud, la llamé por teléfono y no estaba, pero hoy llamó ella y hablamos. Está bien y activada como siempre, su vida está completa tanto que yo me vería desbordada, pero me insiste en que la costumbre le baja valor a sus idas y venidas además siempre aprovechadas.

Ambas estamos deseosas de encontrarnos para emprender esas especies de aventuras con minúsculas, con nuestras informaciones oficiales, con nuestras hipótesis que terminan por ser hasta descabelladas, no nos importa mucho, las dos disimulamos o reímos según el desacierto y miramos hacia algún otro monumento, naturaleza o arte. Tengo ganas y además he preparado unas hermosas salidas que seguro nos depararán cantidad de vivencias.

Por la tarde hermosa de sol y claridad, tomé de nuevo el camino de la atalaya, dejando atrás la falta de luz en “Escanoja” que siempre me alegra, significa que seguimos todos en este bendito lugar. Al llegar cerca de la nueva rotonda que están construyendo y lamentando que no parece que hay nada nuevo con que solazarme, (Yendo cada día y a veces dos veces es difícil que se renueve algo, esbozo una sonrisa reconociéndolo), pero surgió como invariablemente ocurre la novedad.

Primero vi a su hermana que aprecio desde niña, es inquieta e inteligente, sensible y dicharachera, tiene muy claro a donde desea llegar y con quién, me gusta. Luego a su madre, mujer que ha criado a ocho infantes, sanos, felices, fuertes, sin darse importancia y dándoles la posibilidad de salir adelante por medio de estudios si así lo querían, junto a un esposo callado, familiar, trabajador pero con esa misma prudencia y reservando su entorno de la vista ajena.

Pero si es…¡Mi ahijada!, que alegría de encontrarnos, siempre con la sonrisa en la boca, la quiero con ese cariño establecido que pase el tiempo que pase, está ahí sin alterarse durante tiempo o lejanía. El abrazo fue importante a pesar de que ella ha de agacharse, la debí de rezar muy bien en su bautizo por lo que creció.

-Hola niña.

-Madrina, que eres la mejor madrina que tengo.

Me entró la risa sin medida y con carcajadas francas aún en la boca la respondí:

-¡Claro!, sólo se suele tener una madrina en la vida, jajaja

Después de compartir la guasa, beso a uno de las parejas, a sus dos niños, hablar con ellos un momento, pero estos y los abuelos se fueron alejando, porque saben que nosotras tres estaremos un buen rato deleitándonos con conversaciones banales o sensatas, las más son divertidas. Mi amadrinada me aclaró que me dijo esto a resultas de aprenderlo de su hijo algo “pelota” que la dice que es la madre mejor que tiene. Estaba feliz, la encanta volverse pequeña y jugar con sus hijos, que por cierto tiene una altura por encima de la media, quizá salgan a ella, la encanta su trabajo, disfruta. Hasta después del parto tuvo ganas de reír y buscar la punta a una observación que hice a su recién nacido, no lo repetiré porque creo que está dentro de lo privado pero quedó claro que ni con los puntos en salva sea la parte,
dejó de tener humor.

El trabajo, nos miramos para apreciar que estábamos mejorando (Que ironía, lo que hace verse por dentro), los entretenimientos, el yoga, hummm los hombres, el romanticismo, la novedad de que estoy recuperada y claro, salió a colación que escribo con un grupo de taller heterogéneo y con buena gente. Les paso la dirección del blog, ellas riendo me amenazan con dar las opiniones con veracidad y yo las creo, así que compañeros y yo misma empezaremos a temer a esta familia de lectores.

Su madre me relata a veces aquellos tiempos que recuerdo poco, me dice que compartimos ambas familias vivencias cercanas, con buen trato, juntándonos unos cuantos niños seguidos en edad, a veces once con un primo en común a las dos partes, (Faltaban los tres mayores)en el patio, en la casa, en la marisma y en algunos otros lugares.

Se dice que los padrinos de bautizo han de tener años suficientes para hacerse cargo de esos ahijados en el momento necesario para ayudar a los padres. En ese momento yo era una niña, pero la ilusión y emoción de tener en mis manos a una bebé, de la que en ese momento se me hacia responsable a todos los niveles, me hizo sentir que crecí y cumplí años de golpe y porrazo doblando los que tenía y me supuso casi titularme de “persona mayor”.

Me dejó eso que noto al verla cada vez, un vinculo que no suelta ataduras, que mantiene ese afecto y que demuestro con algún detalle material, lo que realmente me gusta es abrazarla en un mundo de ternura que no se acaba. El cariño hacia los suyos perdura y se mantiene en misma proporción, hasta el punto que parece que hay lazos de sangre, yo al menos disfruto de ello incluso con más fuerza.

Ayer también se resolvió un problemilla que me estaba dando un estado que denominan “vergüenza ajena”. Ni disgusto, nada de intranquilidad, en mi pensamiento tampoco me era obsesivo, tan solo esa sensación de estar fuera de un posible control. Se estaba haciendo una bola de nieve que arrastraría a muchas personas que nada tenían que ver. Pero las cosas estaban bien agarradas y quedó en una historia incruenta, fueron dos días raros pero ya pasaron, estoy contenta.

Jane en su entorno familiar aconteció eso que se llama un accidente, afectaba a uno de sus hijos pero en el espacio de unas horas, se deshizo esa preocupación y ha quedado en llevar un tratamiento médico, posiblemente muy largo con una posible intervención quirúrgica, pero teniendo la posibilidad de mejorar y salir adelante.

Eso si es realmente lo que suele disgustarme, pero que analizando esta circunstancia, dentro del problema ha sucedido lo menos. Seguiremos en contacto frecuente para conseguir una cierta paz.

Para completar el día termino como empezó, a eso de las 0 horas de hoy como casi siempre, enredando en mi correo descubrí un mensaje privado, es la primera vez que entro en ese lugar, y mi sorpresa fue mayúscula cuando reconocí a una persona que hacía siglos, (Al menos a mi me lo pareció) que faltaba en mi entorno. La alegría me llenó por dentro.

Rápidamente comencé a escribir y a buscar explicaciones de aquel desencuentro, pero hemos llegado a tiempo para retomar aquella amistad que tiene pinta de ser válida. La decía que podíamos imaginar que esta carta fue transportada en una carabela del siglo XV, tardó lo que era menester en aquellas singladuras, días hasta llegar a su destino a veces complicadas por tiempo o inconvenientes, pero como nos ha ocurrido al fin ha llegado y tenemos la oportunidad de mantener el carteo con más eficacia.

En esta jornada puedo decir que estoy feliz a pesar de algunas pesadumbres, esperas o accidentes, este último será el más agobiante pero como todo en esta vida, pasará y podré abrazar a todas las personas importantes, Jane, ahijada, amiga de los “madriles” y Espero, que es como la llamaré desde ahora.

A todas el abrazo que tanto en la lejanía como vivido en vivo, deseo recibáis con el mismo calor que nace de mí.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San vte. de la Barquera
8 de diciembre de 2009

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso de las opiniones veraces me ha gustado. "Amadrinada" de Lines y familia este comentario considerarlo como una petición formal para que objetivamente nos digais vuestros pareceres sin tanta benevolencia como se aprecia en los comentarios de nuestros compañeros.
No puedo hablar por todo el grupo pero estoy segura que alguien más piensa como yo ¿a que sí Jesús?

LAURA

Unknown dijo...

Me ha encantado. Siques siendo tan "detallista" como yo te recuerdo. un beso,

Ana
P.D. ¡Sigues siendo mi mejor madrina!.