Es algo que deseaba hace tiempo, tanto como ocho meses, Jane tu lo sabes y Uve a ti te lo explicaré.
Mi pierna parece que ha respondido al primer día de este ejercicio, tan solo unas pocas de agujetas en las caderas de estos ritmos procedentes de América del Sur. Muchos de ellos ya se consideran por si mismos bailes de salón y se reconocen allá donde se nombren.
Chá-chá-chá, merengue, bachata, salsas, tango, un largo etc. que con el tiempo crecerá. Es posible que la cumbia, el rock and roll, boleros, pasodoble, vals y otros aparezcan entre nosotros. De veras que era algo que deseé siempre, debido al trabajo y a los gustos incompartidos sobre este tema o la falta de tiempo, pero llegó el momento. Tengo que reconocer queridas amigas, que ese momento fue el adecuado, pues este deporte-cultura-terapia-salud, hace ver las cosas desde otro punto de vista.
Lo primero que se valora es que tu cabeza se centra, consigues retener y poner atención, lo segundo alegra y divierte, muchos de tus problemillas se menguan e incluso los olvidas, se va formando un ambiente entre los participantes agradable y relajado. Las dificultades y aciertos en los pasos nos unen viendo como en toda edad e intelecto, mantiene prácticamente la misma línea. He de reconocer que siempre existen personas que son más proclives o tienen una gran facilidad para ello, sucede en todas las actividades de la vida.
Hay que tener claro una cosa antes de entrar en esta actividad, el ejercicio que se desarrolla durante estas clases produce aumento de musculación, facilita la elasticidad, se eliminan grasas, mejora problemas incluso a niveles de de salud interna, relaja. Al principio estábamos todos muy serios y nuestro jefe de baile era muy profesional, pero poco a poco se encontró la forma de reír y disfrutar entre todos.
Había un problema que por cierto sigue vigente al paso de los años, faltan varones cosa indispensable para bailar en pareja, solución: Algunas mujeres se convirtieron en “llevadoras”, fue un poco trampa porque se pensó que rotaría por todas, pero no ha sido así, llevadora eres y en llevadora te quedaste.
Mira que he protestado veces, me he disfrazado en la hora de clase de todas formas y maneras, incluso de mujer casi fatal, con bigotes hechos de posit amarillo, de viva voz… Pero nada, muchas risas y guasas pero todos y todas disimularon en su momento, así que ahora sigo así, algunos de los ritmos me permiten bailar de mujer, pero en general llevar a la danzante es diferente a ser una de ellas.
Tiene algunas ventajas entre otras, que en las cenas y bailes que se organizan, tenemos el privilegio de bailar todas las piezas, siempre hay mujeres en espera. Otro de los beneficios es que tu puedes manejar las figuras como te complazca, tan solo es necesario que la pareja se deje llevar.
Ni que decir tiene que las tengo “locas”, tengo demasiada imaginación y coloco, empiezo, acabo, mezclo o incluso invento figuras, dependiendo de cuanto admite cada una de ellas. Luego me riñen,"Lines eso no es así, eso yo no lo conozco, de donde sacas esta locura", jejeje, -¡ah! les contesto, ventajas que tengo y aprovecho. De todas maneras las risas y el buen humor está presente en estos conflictos casi graciosos, pero a veces pensar que no bailaré con mi compañero de vida, me fastidia, añoro ser bailada por un señor.
Otra buena cosa es que has de memorizar todas las figuras, con lo que tu “materia gris” se fortalece a más velocidad, tienes más ejercicio físico, desarrolla los hombros, que por cierto a mi me conviene porque los tengo bajos. Enseña a bailar con todo tipo de personalidades, te da autoestima, pues has de mandar sin dudar a tu pareja de baile, da seguridad y reafirma un poco más tu personalidad.
Conste que me costó un triunfo llegar a esta ya determinación, porque ni valía para llevar ni para ser llevada, era un poco un ser errante en ese aspecto, pero ahora me gusta. Hay un pequeño inconveniente, al salir a zonas fuera de nuestro entorno de clase, con otros alumnos o danzarines, suele ocurrir que me atrevo poco a sacar a bailar a chicas desconocidas.
Primero porque en alguna ocasión se sienten algo incómodas, pues ignoran mi posición, lo segundo que los varones tiene el empeño en que baile de chica y mira que se lo advierto: Que soy llevadora…Pero dicen que es fácil dejarse llevar, ¡A buenas horas mangas verdes!, es prácticamente imposible excepto en los pasos sencillos o en bachata. Alguna vez con alguno de los chicos de otras clases del jefe, les propongo que hagamos ambos de mujer y os puedo asegurar que se hacen un lío morrocotudo, lo adornamos con guasas y sudores el pacto entrambos.
En una ocasión que volvíamos de una de estas cenas, una de las chicas T, que estaba en el coche dijo algo que ha quedado claro para siempre, “desde luego no me cabe duda, que lo pasamos con mucho mejor a la ida y a la vuelta de estos eventos en el coche o caminando, que en la misma reunión”, estoy del todo de acuerdo. Para demostraros que es así os diré que, tardamos más de 30 minutos en llegar a casa en un recorrido de 1 kilómetro en coche. Tuve que parar por la risa más de tres veces, literalmente ahogadas por las carcajadas. Es algo increíble de veras.
En otra ocasión es que iba atrás de pasajera, éramos cinco en el coche, se nos ocurrió hablar de nuestros tiempos mozos y de las vergüenzas y normas de entonces. La cosa derivó en sacarle punta a todo, la guasa subió de tono hasta limites insospechados, una de las compañeras pedía entrecortadamente, ¡por favor parar, parar de decir cosas, abridme la ventanilla que me ahogo!
El conductor que se enteraba poco pues iba centrado en guiar dijo en una ocasión, yo quiero ir detrás con vosotras, más guasa porque al preguntarle quien conduciría contestó: Da igual conduzco con los pies desde atrás, esto fue ya la culminación de la guasa ya hilarante. Este tipo de situación se desarrolla tantas veces como efectuamos los traslados, pero con mucha fuerza de voluntad del que sea el chofer, para no tener que parar en el arcén de la autovía y meterse al jolgorio.
Os he de aclarar que a pesar de divertirnos, somos ordenados y buenos alumnos en clase, aprendemos con la suficiente seriedad pero con su punto de divertimento. Nos ha costado pero el profe está ahora más simpático y ya no necesita reírse a escondidas, incluso alguna vez se permite alguna broma. También he de reconocer que somos buenos en lo que hacemos, porque él es bueno en su trabajo, enseña bien, con conciencia, paciente, perfeccionista, en fin es una persona en su oficio buen profesional, tampoco se pretende ser bailarín competitivo, sólo bailar bien.
Llevamos tres años pero seguimos casi todos, debemos ser casi treinta aumenta alguno cada año, eso implica la variedad y el aprendizaje de todos hacía todos, se aprende las diferentes formas de ser y enriquece la propia vida. Todos empezamos este nuevo año con las mismas ganas de aprender que al principio, seguimos interesados eso es extraordinario, somos más que compañeros pues se nota ese cariño flotando entre nosotros. Hay cantidad de gente buena, cada día, cada actividad, cada grupo me lo demuestra.
Ahora mismo ya no se bien si me gusta tanto bailar o quizá el mantener la camaradería entre todos nosotros, es posible que sean ambas cosas. En este momento el baile tiene cabida en mi vida, es experimentar y probar actividades nuevas, disfrutar de tertulias, programar algo diferente, enriquecerse por dentro, estar activo para vivir plenamente. Salir de lo de siempre para emprender nuevas metas, aunque no sean “prácticas”, digamos que podría llamarse chifladura, pero aseguro que es compartida.
Esta semana se presenta buena y animosa, se han dejado atrás algunos acontecimientos enrevesados, así que Jane y Uve mi deseo es contentarse en el ahora y os doy un abrazo ilusionado.
Lines.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
9 de noviembre de 2009
Mi pierna parece que ha respondido al primer día de este ejercicio, tan solo unas pocas de agujetas en las caderas de estos ritmos procedentes de América del Sur. Muchos de ellos ya se consideran por si mismos bailes de salón y se reconocen allá donde se nombren.
Chá-chá-chá, merengue, bachata, salsas, tango, un largo etc. que con el tiempo crecerá. Es posible que la cumbia, el rock and roll, boleros, pasodoble, vals y otros aparezcan entre nosotros. De veras que era algo que deseé siempre, debido al trabajo y a los gustos incompartidos sobre este tema o la falta de tiempo, pero llegó el momento. Tengo que reconocer queridas amigas, que ese momento fue el adecuado, pues este deporte-cultura-terapia-salud, hace ver las cosas desde otro punto de vista.
Lo primero que se valora es que tu cabeza se centra, consigues retener y poner atención, lo segundo alegra y divierte, muchos de tus problemillas se menguan e incluso los olvidas, se va formando un ambiente entre los participantes agradable y relajado. Las dificultades y aciertos en los pasos nos unen viendo como en toda edad e intelecto, mantiene prácticamente la misma línea. He de reconocer que siempre existen personas que son más proclives o tienen una gran facilidad para ello, sucede en todas las actividades de la vida.
Hay que tener claro una cosa antes de entrar en esta actividad, el ejercicio que se desarrolla durante estas clases produce aumento de musculación, facilita la elasticidad, se eliminan grasas, mejora problemas incluso a niveles de de salud interna, relaja. Al principio estábamos todos muy serios y nuestro jefe de baile era muy profesional, pero poco a poco se encontró la forma de reír y disfrutar entre todos.
Había un problema que por cierto sigue vigente al paso de los años, faltan varones cosa indispensable para bailar en pareja, solución: Algunas mujeres se convirtieron en “llevadoras”, fue un poco trampa porque se pensó que rotaría por todas, pero no ha sido así, llevadora eres y en llevadora te quedaste.
Mira que he protestado veces, me he disfrazado en la hora de clase de todas formas y maneras, incluso de mujer casi fatal, con bigotes hechos de posit amarillo, de viva voz… Pero nada, muchas risas y guasas pero todos y todas disimularon en su momento, así que ahora sigo así, algunos de los ritmos me permiten bailar de mujer, pero en general llevar a la danzante es diferente a ser una de ellas.
Tiene algunas ventajas entre otras, que en las cenas y bailes que se organizan, tenemos el privilegio de bailar todas las piezas, siempre hay mujeres en espera. Otro de los beneficios es que tu puedes manejar las figuras como te complazca, tan solo es necesario que la pareja se deje llevar.
Ni que decir tiene que las tengo “locas”, tengo demasiada imaginación y coloco, empiezo, acabo, mezclo o incluso invento figuras, dependiendo de cuanto admite cada una de ellas. Luego me riñen,"Lines eso no es así, eso yo no lo conozco, de donde sacas esta locura", jejeje, -¡ah! les contesto, ventajas que tengo y aprovecho. De todas maneras las risas y el buen humor está presente en estos conflictos casi graciosos, pero a veces pensar que no bailaré con mi compañero de vida, me fastidia, añoro ser bailada por un señor.
Otra buena cosa es que has de memorizar todas las figuras, con lo que tu “materia gris” se fortalece a más velocidad, tienes más ejercicio físico, desarrolla los hombros, que por cierto a mi me conviene porque los tengo bajos. Enseña a bailar con todo tipo de personalidades, te da autoestima, pues has de mandar sin dudar a tu pareja de baile, da seguridad y reafirma un poco más tu personalidad.
Conste que me costó un triunfo llegar a esta ya determinación, porque ni valía para llevar ni para ser llevada, era un poco un ser errante en ese aspecto, pero ahora me gusta. Hay un pequeño inconveniente, al salir a zonas fuera de nuestro entorno de clase, con otros alumnos o danzarines, suele ocurrir que me atrevo poco a sacar a bailar a chicas desconocidas.
Primero porque en alguna ocasión se sienten algo incómodas, pues ignoran mi posición, lo segundo que los varones tiene el empeño en que baile de chica y mira que se lo advierto: Que soy llevadora…Pero dicen que es fácil dejarse llevar, ¡A buenas horas mangas verdes!, es prácticamente imposible excepto en los pasos sencillos o en bachata. Alguna vez con alguno de los chicos de otras clases del jefe, les propongo que hagamos ambos de mujer y os puedo asegurar que se hacen un lío morrocotudo, lo adornamos con guasas y sudores el pacto entrambos.
En una ocasión que volvíamos de una de estas cenas, una de las chicas T, que estaba en el coche dijo algo que ha quedado claro para siempre, “desde luego no me cabe duda, que lo pasamos con mucho mejor a la ida y a la vuelta de estos eventos en el coche o caminando, que en la misma reunión”, estoy del todo de acuerdo. Para demostraros que es así os diré que, tardamos más de 30 minutos en llegar a casa en un recorrido de 1 kilómetro en coche. Tuve que parar por la risa más de tres veces, literalmente ahogadas por las carcajadas. Es algo increíble de veras.
En otra ocasión es que iba atrás de pasajera, éramos cinco en el coche, se nos ocurrió hablar de nuestros tiempos mozos y de las vergüenzas y normas de entonces. La cosa derivó en sacarle punta a todo, la guasa subió de tono hasta limites insospechados, una de las compañeras pedía entrecortadamente, ¡por favor parar, parar de decir cosas, abridme la ventanilla que me ahogo!
El conductor que se enteraba poco pues iba centrado en guiar dijo en una ocasión, yo quiero ir detrás con vosotras, más guasa porque al preguntarle quien conduciría contestó: Da igual conduzco con los pies desde atrás, esto fue ya la culminación de la guasa ya hilarante. Este tipo de situación se desarrolla tantas veces como efectuamos los traslados, pero con mucha fuerza de voluntad del que sea el chofer, para no tener que parar en el arcén de la autovía y meterse al jolgorio.
Os he de aclarar que a pesar de divertirnos, somos ordenados y buenos alumnos en clase, aprendemos con la suficiente seriedad pero con su punto de divertimento. Nos ha costado pero el profe está ahora más simpático y ya no necesita reírse a escondidas, incluso alguna vez se permite alguna broma. También he de reconocer que somos buenos en lo que hacemos, porque él es bueno en su trabajo, enseña bien, con conciencia, paciente, perfeccionista, en fin es una persona en su oficio buen profesional, tampoco se pretende ser bailarín competitivo, sólo bailar bien.
Llevamos tres años pero seguimos casi todos, debemos ser casi treinta aumenta alguno cada año, eso implica la variedad y el aprendizaje de todos hacía todos, se aprende las diferentes formas de ser y enriquece la propia vida. Todos empezamos este nuevo año con las mismas ganas de aprender que al principio, seguimos interesados eso es extraordinario, somos más que compañeros pues se nota ese cariño flotando entre nosotros. Hay cantidad de gente buena, cada día, cada actividad, cada grupo me lo demuestra.
Ahora mismo ya no se bien si me gusta tanto bailar o quizá el mantener la camaradería entre todos nosotros, es posible que sean ambas cosas. En este momento el baile tiene cabida en mi vida, es experimentar y probar actividades nuevas, disfrutar de tertulias, programar algo diferente, enriquecerse por dentro, estar activo para vivir plenamente. Salir de lo de siempre para emprender nuevas metas, aunque no sean “prácticas”, digamos que podría llamarse chifladura, pero aseguro que es compartida.
Esta semana se presenta buena y animosa, se han dejado atrás algunos acontecimientos enrevesados, así que Jane y Uve mi deseo es contentarse en el ahora y os doy un abrazo ilusionado.
Lines.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
9 de noviembre de 2009
2 comentarios:
Hola Lines..
Admirable la capacidad que posees, la fuerza que derrochas..las ganas que tienes, y eso te hace grande !
La verdad, es que eres ejemplar.
Abrazos para tí, muy taconeados y ensalsados .
V.
La verdad es que me ha encantado, yo no me puedo imaginar hacer algo parecido.
Desde San Vicente de la Barquera, un abrazo muy fuerte de tu amiga SARY
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