Por fin llegó septiembre, ya tenia ganas, pues es el mes que en descanso de mi trabajo y disfruto de mis vacaciones, porque también celebro mi cumpleaños y el de muchos de mis amigos, o quizás porque después de este verano tan caluroso y este mes de agosto que se me ha hecho eterno, con el calor tan pegajoso que hemos tenido, necesito descansar.
En realidad no lo sé y todo esto son disculpas para justificar el porque me gusta este mes, al cual todos los años espero con impaciencia, y a la vez me produce una extraña sensación de gozo y melancolía.
Los días empiezan a menguar despacio y a las mañanas les cuesta despertar y reconfortarnos con su luz; de repente todo se van transformando lentamente y
preparándose para el comienzo de ese otoño sosegado.
A la vez le espero entusiasmada porque durante unos días me dedico a hacer lo que quiero sin horarios ni compromisos, desconecto de mi trabajo y la rutina diaria y renuevo mis energías. También me gratifica ir contra corriente, pues ahora que todo el mundo vuelve a sus quehaceres yo puedo disfrutar ociosa mis vacaciones sin tumultos, ni prisas y saborear de los placeres de este mes en el que finaliza el verano.
También porque tengo pendientes muchas cosas que quiero realizar durante estas vacaciones, la primera será dedicarme a leer placidamente e intentar asimilar todas las lecturas, para que me sirvan de aprendizaje a la hora de escribir; reconozco que me hace mucha falta aprender vocabulario, pues carezco de repertorio a la hora de plasmar en el papel lo que quiero decir.
Después intentare hacer esas pequeñas cosas que siempre se dejan para cuando las obligaciones nos lo permiten y que siempre quedan hay pendientes esperando poder realizarlas.
Pero por encima de todo descansaré, pasearé y me recrearé con los paisajes, la luz del sol, los días de lluvia y todos los encantos que tiene mi villa y sus alrededores, pues tengo que confesar y aunque a la mayoría de la gente le parezca raro, que yo no necesito irme a ningún destino lejano, ni al mejor hotel de cuatro estrellas, para disfrutar de las vacaciones. Me siento muy a gusto en mi casa a la que durante este asueto le saco el mejor partido y me sirve de sosiego y tranquilidad. Y os prometo que durante estos días soy la mujer más feliz del mundo.
"No me califiquéis de rara
yo no necesito más
que unos días de descanso
junto a la orilla del mar"
Flor Martínez Salces ©
Septiembre-2009
En realidad no lo sé y todo esto son disculpas para justificar el porque me gusta este mes, al cual todos los años espero con impaciencia, y a la vez me produce una extraña sensación de gozo y melancolía.
Los días empiezan a menguar despacio y a las mañanas les cuesta despertar y reconfortarnos con su luz; de repente todo se van transformando lentamente y
preparándose para el comienzo de ese otoño sosegado.
A la vez le espero entusiasmada porque durante unos días me dedico a hacer lo que quiero sin horarios ni compromisos, desconecto de mi trabajo y la rutina diaria y renuevo mis energías. También me gratifica ir contra corriente, pues ahora que todo el mundo vuelve a sus quehaceres yo puedo disfrutar ociosa mis vacaciones sin tumultos, ni prisas y saborear de los placeres de este mes en el que finaliza el verano.
También porque tengo pendientes muchas cosas que quiero realizar durante estas vacaciones, la primera será dedicarme a leer placidamente e intentar asimilar todas las lecturas, para que me sirvan de aprendizaje a la hora de escribir; reconozco que me hace mucha falta aprender vocabulario, pues carezco de repertorio a la hora de plasmar en el papel lo que quiero decir.
Después intentare hacer esas pequeñas cosas que siempre se dejan para cuando las obligaciones nos lo permiten y que siempre quedan hay pendientes esperando poder realizarlas.
Pero por encima de todo descansaré, pasearé y me recrearé con los paisajes, la luz del sol, los días de lluvia y todos los encantos que tiene mi villa y sus alrededores, pues tengo que confesar y aunque a la mayoría de la gente le parezca raro, que yo no necesito irme a ningún destino lejano, ni al mejor hotel de cuatro estrellas, para disfrutar de las vacaciones. Me siento muy a gusto en mi casa a la que durante este asueto le saco el mejor partido y me sirve de sosiego y tranquilidad. Y os prometo que durante estos días soy la mujer más feliz del mundo.
"No me califiquéis de rara
yo no necesito más
que unos días de descanso
junto a la orilla del mar"
Flor Martínez Salces ©
Septiembre-2009
1 comentario:
Flor
Un Septiembre, en que regresa la quietud y los árboles se desvisten, dejando esa alfombra rojiza de hojas, que tanta nostalgia deja en las almas, un tiempo de resguardo y también para disfrutar.
abrazos
V.
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