UNA DECLARACIÓN DE… RABIA

Me miran, lo
sé.
Se admiran de
que mi rabia
se refleje
contra los azulejos de la cocina,
reverberando
asfixia,
vaticinando
silencios de lluvia lenta…
Nada hace que
hoy sea un día diferente,
ni siquiera mi
rabia.
Todo sigue igual,
nadie me
reclama en otra vida,
la soledad se
agiganta…
Las sillas se
arrastran en un jazz cansino,
sigue la
música de los cubiertos sobre el plato.
Suenan
destemplados y a contratiempo,
como siempre…
Ellos y yo,
masticamos
los últimos
pensamientos monótonos.
Mientras,
suenan noticias truculentas,
desgranadas
con el pan crujiente
sobre el
mantel;
se mojan de
grasa desequilibrada
en masacres a
todos los niveles,
sobre la mesa…
Sentados unos
junto a otros,
miramos al
vacío
escuchando la
nada...
Les hablo de
nuevo,
esta vez con
fuerza y cortante...
Asumen,
callados, que tengo un mal día.
Sí, lo sé,
pero no saben
que sigo
persiguiendo
las ganas de irme,
abandonar,
soñar cada día
un claro amanecer…
Ellos lo
ignoran, o quizá lo saben;
aunque difícilmente
dejaré atrás
los títulos de
esposa,
de hija,
de madre,
de hermana,
de buena
vecina,
de lealtad y
de sangre
borrando
pasados…
completamente…
Miro sus caras
de asombro.
Respetan mi
infelicidad,
sí, la
respetan,
parecen
reconocerla en la suya...
Sacudo mi
desdén
entre sus
conversaciones de penumbra;
sazono
retintines,
dilemas de
sueños rotos
entre
sus mensajes.
Ahora me
suenan indiferentes.
Recojo la
mesa, como yo, adornada de desgana.
Siento mi
dolor entre visillos
ensombreciendo
silencios de alma incompleta.
Veo la puerta
por abrirse,
la libertad...
Deposito las
llaves en la mesa y desisto,
no me voy,
como acostumbro;
no voy a nacer
a una nueva vida
porque me
espera “nadie” y si me esperara, tanto me da,
es lo único
que parece despejado…
He de ser mi
sueño:
independizarme
de lastres interiores
para
decidir...
Solo eso.
Se van.
Quedo con mis
pensamientos
a gusto, en
soledad,
esa que
pierdo, intermitentemente,
a la hora de
las comidas,
como
siempre...
Pincho mi esperanza
sobre la mesa
con un
tenedor
y miro como se
desangra…
lentamente.
1 comentario:
Gracias Jeza y también por la imagen. Abrazo.
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