SI DEBO
DESPRENDERME DEL OLVIDO…
Si debo
desprenderme del olvido
y ver como
se pierde en la distancia,
entonces me
daré la media vuelta
saciando en
mis poemas la palabra.
Lo malo es
que en los versos se destilen
recuerdos y
saudades con nostalgia,
que puedan
contagiarse con las rimas
dejando mal
sabor al encontrarlas.
Se olvidan
los recados en las tiendas,
igual que
los saludos cuando andas,
se olvida
que vivimos un presente
y es antes
que empecemos el mañana.
Por eso los
olvidos son livianos
y olvidan
las fatigas y las ansias,
es fácil
recurrir a los cilicios
del alma que
se encuentra atormentada.
Pero es que
el corazón, con tanto olvido,
ignora los
latidos que le lanza,
la vida que
le llega, presurosa,
y el soplo
con la brisa de la playa.
Olvida hasta
el sombrero de Tres Picos,
la orquesta
con un solo de guitarra,
la voz
altisonante de la Diva
lanzando al
auditorio su proclama.
Los padres
no se olvidan de los niños,
los niños sí
se olvidan cuando vagan,
por calles y
rincones indiscretos
jugando a
las caninas y las chapas.
No sé si
tanto olvido es necesario
y puede que
me pase de la raya,
es cierto
que olvidar es algo duro
debiendo de
alejar tanta amenaza.
"...No
olvides, corazón, que yo te quiero,
cuando hablo
del olvido y de otras caras,
porque ese
es el motivo de mis letras
y tú la
Cenicienta de mi causa..."
Rafael
Sánchez Ortega ©
08/03/16
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