domingo, 4 de enero de 2015

DE ESO, NO ENTIENDO




          
          Te lo digo de verdad. De política no escribo, por dos sencillas  razones: No entiendo de política, y además, no me gusta. Ese es el único motivo por el que no lo hago,  y no el que tú  insinúas de miedo a retratarme; porque retratarnos en este aspecto, al fin y al cabo nos retratamos todos en cuanto abrimos la boca.

            Ya lo dije en alguna otra ocasión, cuando algún amigo se escandalizó al escuchar que la política no me gustaba. Mira, creo que en principio, cada uno piensa según las ideas que de pequeño mamó en la casa paterna. Esto deja un sello indeleble, aún cuando con el tiempo, al pensar por sí mismo, uno pueda cambiar.

            También me preguntan que como puedo decir eso, cuando de la política depende nuestro bienestar, y sobre todo depende el futuro de nuestros hijos, y a eso he respondido que me pasa lo mismo que cuando viajo en avión: es el piloto quien debe procurar que el viaje sea agradable, y  el aterrizaje feliz. Para hacer el viaje, ¿de qué me serviría a mí  licenciarme en ingeniería aeronáutica, si el que pilota estrella la aeronave?

            Quien gobierna tiene la obligación de buscar el bien de la comunidad, y como afortunadamente estamos dentro de una democracia, ahí está la oposición para denunciar lo mal hecho, y finalmente estamos los votantes para cambiar el sistema en las próximas elecciones.

            No, no puedo hablar de política, porque no entiendo. Pero sí te puedo decir lo que  con mis cortas entendederas, pienso de ella. Para mí, la política es un mal necesario, pero menos malo que una anarquía.  Jamás me afiliaría a un partido político, porque creo muchísimo más en las personas que en los políticos y sus sistemas, y si me afilio, moralmente debería fidelidad a su doctrina, y no estoy dispuesto a ser fiel a leyes que no crea justas. Pienso que los extremos absolutos son nefastos en cualquier sentido que lo mires, y pienso que el poder corrompe, aún cuando en principio, el corrompido no lo pretendiera.  Pienso también que hay políticos honrados dentro de todas las tendencias políticas, y es en ellos, en los honrados, y no en sus doctrinas, en quien quisiera depositar mi confianza.

            ¿Derecha? ¿Izquierda? Ya lo dije antes; considero que ningún extremo es bueno. Pero estoy en contra de quienes por sistema atacan por ejemplo, a las multinacionales, solo por serlo. Yo trabajé toda mi vida en una multinacional, que me pagó lo suficiente para vivir con decoro, y para que pudiera  educar a mis hijos.  Como decían los viejos de mi pueblo cuando yo no era viejo, “me daría con un canto en los dientes” con tal de que mis descendientes tuvieran la seguridad de vida que yo tuve.

            No entiendo de política, pero vi hacía  que lado del muro corrió toda la gente cuando   cayó el de Berlín. He podido visitar  Rusia, una de las más grandes potencias del mundo, solo cuando dejó atrás el comunismo. Las noticias que me llegan de Venezuela  tienen poco de esperanzadoras, y la miseria que envuelve el ambiente de la bellísima ciudad de la Habana, la grabé con mi propia cámara en un documental que te puedo mostrar en el momento que se te antoje…  Ya te digo que “de eso, no entiendo”. Pero ya que lo  pides, cuento lo que pienso.

              Jesús González ©

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