viernes, 6 de junio de 2014

LA CATARATA




            Estaba así, con el ordenador abierto y pensando en las Quimbambas, cuando… Pero no. No estaba pensando en las Quimbambas. Al escribirlo, me pregunté de repente que eran las Quimbambas, lo miré en el diccionario, y dice que “sitio  lejano e impreciso”. Yo quería decir que no pensaba en nada. Por lo tanto  tampoco puedo escribir que pensaba en las Musarañas, porque estas son algo: una especie de ratón de hocico puntiagudo…  Yo tenía la mente en blanco, esperando que la inspiración llegara como por arte de magia, e insuflara en mi mente la idea del tema a escribir.

            Y la idea  del tema me llegó en ese momento  a través del teléfono móvil. Tengo un móvil primitivo, casi antediluviano. Como el que pudieran haber usado Adán y Eva, si no fuera porque como los dos  estuvieron siempre juntos en el Paraíso, no le necesitaron. No tiene acceso a Internet, ni puedo enviar “guasasees” de esos que manda la gente joven,  ni puedo hacer fotos, ni ná de ná. Solo es eso, tele-fono.

            Como estoy sordo, tengo el timbre al máximo de potencia, y me dí cuenta de que estaba sonando cuando vi que todo el mundo que está en la cafetería donde escribo, me miró de repente.
           
            Una voz femenina me preguntó por mí mismo. “Si, si. Ese soy yo”. Me preguntó también si estaba esperando para una operación de catarata, y me dieron ganas de responderle que si no lo estuviera, tampoco ella tendría mi número de teléfono para llamarme. Total, que tampoco gastó mucha saliva en la notificación: “El día diez, a las diez de la mañana, en ayunas, por el Hospital de Día”. Se lo hice repetir para confirmar si lo entendí bien. Ella debió colgar, y yo cerré mi torpedo.
 
            ¡Pobre ojo! Deja a ver  lo que hacen con él. Todo el mundo me dice que eso no es nada, pero yo  sé que algo si es. Y la  necesidad de operar la veo cada vez más, porque cada vez veo menos. ¿Ves que incongruencia más graciosa?

            Por los pelos puedo ir el día siete al “V Encuentro de los Clubes de Lectura” al Palacio de Festivales en Santander. Es este sábado día 7 de Junio… ¡Ay, coño! Pero igual no puedo ir a San Antonio en el Monte Corona el día 13… ¡Tendría perendengues!  

             Jesús González ©

2 comentarios:

Pedro dijo...

Ánimo, Jesús. Tengo una sobrina que es oftalmóloga y asegura que, hoy día, una operación de cataratas no es más seria que una visita al dentista. Lo que pasa es que nos da más grima.
Un abrazo y nos "vemos" pronto.

Anónimo dijo...

Gracias Pedro. De momento todo salió bien.