(Foto de Gema Rebolledo)
Navidad, un perro recogido del maltrato y el abandono…
Desde antes de venirme
ya sabía de desprecios
y al llegar me recibiste
a otro mundo, que hice afecto...
Me dijiste con tu mano
de ternuras y en silencios:
compañeros de la vida…
De algodón hice mis sueños
en caricias encontradas
que me velas y yo velo,
y una estancia de miradas
sopesaron el misterio.
Suena el alma con la esencia
de sabernos compañeros,
del afecto que me tienes
que respondo y os proveo
entre pieles delicadas…
Y aunque no te lo parezco,
siempre espero tu caricia
entre amagos de mi sueño,
y mis ojos desvelados
se relamen por tus dedos.
"Hay tan poca diferencia
en lenguajes de respeto,
que se funden, sin más metas,
en amor de humano a perro".
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
8-IV-2014
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