martes, 20 de mayo de 2014

EXCURSIÓN A OVIEDO





Parece que últimamente todas mis excursiones son a Oviedo. Pero esta vez ha sido con mis compañeras de “MUJERES CREATIVAS”. Somos un grupo, ya amigas que los jueves por la tarde de cuatro a siete hacemos un poco de todo. Nuestro lema es “YO TE ENSEÑO, TU ME ENSEÑAS” y además a las seis se merienda, y nos comemos el bizcocho, tarta, pastas o rosquillas hechos por nosotras con un cafetito. La labor se aparta y entonces las risas estallan en mil tonterías. 

Se decidió que había que hacer una excursión antes de acabar el Curso y exponer nuestras habilidades, cosa que haremos, del seis al ocho de junio. 


Entre varios sitios, ganó Oviedo. Se alquiló un microbús, y entre risas salimos a las nueve y media de la mañana.


Nos dejaron cerca del Casco Antiguo, y fuimos paseando hasta dar con La Catedral y su famosa escultura fuera de La Regenta. Allí vimos a un grupo folclórico bailar y nos fuimos acercando por la calle Cimadevilla hasta pasar por el arco que da al Ayuntamiento. Su plaza estaba repleta de gente y niños de Primera Comunión esperando entrar en la Iglesia de San Isidoro. El día no podía ser mejor. Un sol esplendoroso nos acompañó, aunque el nordestillo también se hizo notar; no solo sopla junto al mar. 


Había que ir (como no) a la famosa plaza de El FONTÁN, donde los sábados hay mercadillo y todas compramos algo. (SOBRE TODO PARAGUAS) y nos sentamos un rato en una terraza.


Hasta la hora de comer recorrimos las calles. La plaza preciosísima de Trascorrales, la plaza tan original del Paraguas etc… Sus comercios estupendos, y todo tan cuidado como una perla.


Se acercaba la hora de comer y nos fuimos hacia la Plaza de la Escandalera, ya que teníamos reservada mesa en un restaurante detrás del famoso Teatro Campoamor. La comida fue superior, muy bien presentada y todo riquísimo.


Después de comer nos entretuvimos por la Calle Uría, llena con los mejores comercios hasta las seis de la tarde en que nos recogieron para subir al Naranco y poder ver con sol, ya que en otra excursión lo vimos casi de noche, la Iglesia Prerrománica de San Miguel de Lillo y el  Palacio Santa Mª del Naranco, obra regia de Ramiro I del (850), lo más emblemático del Arte Asturiano. Son tres kilómetros de subida entre urbanizaciones de chalets, que yo ya había hecho andando, muy bonito. Desde ese sitio se ve Oviedo a vista de pájaro, entre árboles. Se estaba bien allí entre tanta piedra llena de historia y con el solecillo de la tarde. Desde allí, ya nos volvimos para San Vicente. A la llegada, en la Estación de Autobuses, empezaron todas las que habían comprado paraguas a abrirlos para ver lo bonitos que eran y entre risas nos quedamos un rato haciendo fotos.


                              Mª Eulalia Delgado González ©
                                             Mayo 2014

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