sábado, 22 de marzo de 2014

VIAJE A MALLORCA





Se puede decir que ya conozco lo más importante de las "Islas Baleares". Me quedaba por conocer la isla por excelencia, Mallorca. Fuimos y vinimos con una empresa alemana, "Airberlin", los aviones pequeños pero muy nuevos, prensaditos, y casi solo hablan en alemán e ingles.

El Aeropuerto me impactó por lo enorme que es. EL hotel estaba en la zona del Arenal. Balneario nº1. La playa que es enorme. Seis kilómetros, está dividida por balnearios, y tiene quince, y esa kilometrada está llena de hoteles y urbanizaciones. ¡claro!, de todo el mundo tienen que llevar gente para llenar todo eso. La playa muy larga, pero muy estrechita. El paseo junto a ella de quitarse el sombrero. Nos han dicho que la zona del Balneario nº6 es como si fuese Alemania. En enero, nos dijeron que vienen excursiones a ver los almendros en flor como si fuesen en la península los cerezos del Valle del Jerte. Aquí se dan muy bien además de los almendros, los algarrobos, que se emplean en farmacia y dietética, los naranjos, limoneros, higueras y albaricoques. En la sierra se dan muy bien los olivos, pero como la recogida es manual se encarece mucho el producto.
Después de patear un buen rato por la mañana, nos fuimos en autobús a Palma y como llegamos en tiempo de carnavales, nos vimos el desfile que estuvo muy colorista, reindivicativo con Coca-Cola y muy ecologista. Más de dos horas estuvimos de pié y una larga caminata para coger otra vez el autobús, pues habían cerrado una parte de calles.

Nos apuntamos a cuatro excursiones, todas ellas seguidas, y de día completo. No me gustó mucho esta experiencia, ya que había que levantarse muy temprano, desayunar y a las ocho y cuarto estar montados en el autobús. Como no se llenaba te tenían de hotel en hotel hasta completar. Tuvimos suerte con el tiempo, menos mal que hizo sol, pero al principio mucho “vientirrinón”frío, y luego “vientirrinín” menos frio.

La primera excursión fue Valdemossa – La Granja. Saben vender muy bien lo de los tres meses que estuvo Chopin, recién marchados los cartujos, con su amor, una escritora francesa, que usaba pantalones, fumaba puros y sin estar casados, ¡una bomba! Nos dieron un pequeño concierto y me gustó mucho Valdemossa, y sus cocas de patata, me tiene intrigadísima, lo que menos me imaginaba era ver unos bollos redondos super- esponjosos y parecidos a nuestros bollos suizos Lo que más me gustó fue donde nos llevaron a comer: La Granja. Un lugar privilegiado. Toda esa zona entra dentro de  la Tramuntana, que es una cordillera que protege a la Isla de los vientos fuertes.

                                                II

La segunda excursión fue a Soller en tren y tranvía. También está en la Tramuntana. Nos llevaron a una estación donde cogimos un tren muy cuidado de madera y con asientos muy cómodos, iba despacio y por parajes que me recordaban el Desfiladero de la Hermida. Pasamos varios túneles, uno muy largo y llegamos a un pueblo precioso que era Soller.  Allí nos dejaron un rato para que compráramos “La mejor sobrasada” y luego cogimos un tranvía que pasaba por el centro del pueblo  que era una cocada, para llevarnos a cuatro kilómetros al puerto. Fue una experiencia única. Pasaba entre casitas con sus huertas llenas en esos momentos de naranjas y limones, parando en el centro del puerto, recogido, pintoresco y con muchas lanchas de pesca muy curiosas, muchas terrazas al socaire del viento y con vida. Allí comimos en un restaurante al borde del mar. Por la tarde nos llevaron a ver el palacio del Archiduque austriaco primo de Sisí, Luis Salvador, que sabía once idiomas y que compró casi toda aquella zona. Se llama "Miramar", junto a un acantilado de vértigo y donde está la roca horadada. Fuimos viendo toda la costa con sus privilegiados que tienen casa por allí, ya que no se puede construir más, por estar protegido. Era una zona muy bella.
                                                          
La tercera fue a Alcudia, Fomentor y Pollensa. A mitad de camino nos pararon en Inca, la ciudad de la piel, para ponernos los dientes largos. Allí encontré la chaqueta de mis sueños, pero como valía más de quinientos euros, la volví a dejar con mucho cuidado en su sitio. En Pollensa nos hicieron un recorrido por el pueblo y después nos llevaron al cabo de Fomentor, donde había un mirador en una roca. Para llegar reíros de los Lagos de Covadonga. Nos llevaron a comer a un restaurante muy grande y bonito con jardines y por la tarde un paseo por la ciudad amurallada de Alcudia. ¡ah, y también un rato a la playa de Fomentor, entre pinos y más pinos, donde dos parejas trataron de robar dos bolsos a otros  señores de otra excursión, y al bajar vimos a la Guardia Civil, que ya los había parado el coche. Sí, fuimos aleccionados todos los días sobre los dichosos robos.

La cuarta excursión era, y no podía ser de otra manera Cuevas deñ Dracj y Hams. Nos llevaron a Manacor y pararon para ver la fábrica de perlas Majórica. Ni que decir de las maravillas que se hacen ahora y la exposición de collares antiguos.

La cueva del Drach  es majestuosa, enorme y como casi todo el mundo sabe va a dar al lago Martell, donde hay una rampa grande llena de bancos y te dan un concierto con barcas que salen de entre las rocas y con una iluminación preciosa. Vimos también Portocristo, que me encantó y donde había una tienda muy grande con” Perlas de Mallorca” con precios que no tenían nada que ver con las Majóricas. ¡Lo revalorizado que tengo mi collar de hace muchos años! Ji,ji,ji…

Por la tarde nos llevaron a ver la cueva de Hams. Es mucho más pequeña, pero preciosa y también tiene un lago pequeño en el que también te dan un concierto con música de Mozart, y barquita iluminada.

El domingo nos fuimos otra vez a Palma y escuchamos misa en la Catedral tan majestuosa con sus vidrieras y gran rosetón. Me gustó mucho y te deja anonadado el puerto con sus yaaates y más yaaates “un mar de yates”. Casi todos de alemanes según nos contaron.

Lo más principal aquí queda como una pincelada para el recuerdo.
                                                                                        
                                                                                                      


Mª Eulalia Delgado González ©
                                                                                                                      Marzo 2014

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