Eso,
es eso que no quiero ni pronunciar; pero no me quedará más remedio que hacerlo,
si quiero que me comprendas: Se
trata de la cochina política. Cada día me da más repelús. Y como consecuencia
de ello, para no tener que vomitar, hace tiempo dejé de leer los periódicos.
De
vez en cuando les echo un vistazo, y me sobra con leer las letras gordas:
Cuando gobernaban los unos, jamás escuché decir a los otros, que aquellos hicieron
bien una sola cosa, ni aunque fuera por
equivocación. Y cuando les tocó el turno de mandar a los otros, sucedió lo
mismo con los unos. Ya lo dijo hace
muchos años el afilador de El Barcenal, cuando mi madre le preguntó que siendo
gallego como era, porqué vino a casarse con una montañesa: “Da igual una que
otra, todas “tien el eriazu” en el mismo sitio”.
A
estos individuos de la política, (no me atrevo a llamarles señores por si se
enfadan), les pasa lo mismo. Tanto
unos como otros tienen puesto el interés en hacer lo que a ellos se les pone en
ese sitio que estás pensando, y amparándose en que fueron votados por el
pueblo, mienten con una desfachatez increíble al pueblo que los votó.
A
mi no me creas mucho, porque entiendo de
pocas cosas, y de política mucho menos. Pero ayer cumplí ochenta y tres años, y desde que nací no he dejado de aprender en el largo
y ancho libro que es la vida, "que obras
son amores, y no buenas razones".
Y
verás, te voy a contar a grandes rasgos como vi yo este trozo de nuestra
historia que me ha tocado vivir: Recuerdo el zumbar de los motores de los
bombarderos bajo el cielo de mi pueblo, y el silbar cruzado de los obuses entre unos cañones que
había en el Monte Corona y otros aquí, en la sierra de Saria. Recuerdo las
tropas triunfadoras acampando en los prados del Alberán, y el cambio que le
hicieron a la bandera que había en las escuelas quitándole la franja morada
para ponerle otra roja, y recuerdo que cuando la enarbolaron, aplaudió todo el mundo, no sé si porque
estaban de acuerdo, o porque el hacerlo era así como un seguro de vida en
aquellos momentos de tanta inseguridad.
Después
llegaron las cartillas del racionamiento
de víveres y de tabaco. El racionamiento
del pan de centeno, y los comedores de Auxilio Social donde distrajeron
el hambre los niños de las familias más necesitadas. Nació la Fiscalía de Tasas
para controlar que los comerciantes no cobraran ni un céntimo más de los
precios que fueron fijos en todos los artículos, y como consecuencia de ello
nació el contrabando a gran escala, y el estraperlo para las menudencias.
Con las camisas viejas de sus maridos, las
mujeres hicieron camisas nuevas para sus hijos, y con hilo gordo hicieron reparaciones
que fueron auténticas maravillas en las punteras rotas de las
alpargatas de toda la familia.
Cualquier
rincón que tuviera tierra vegetal sirvió para plantar un manojo de berzas, y
las Juntas Vecinales de los pueblos concedieron
a los vecinos terreno comunal donde pudieran sembrar maíz y
patatas. Se repoblaron montes con robles y hayas, que sirvieron además para
meter jornales en muchos bolsillos necesitados. Y con la esperanza de ganar para el bien de la familia, comenzó una
emigración a Francia que sin tardar mucho tiempo se extendió a Alemania.
Después
empezaron a funcionar Solvay, y La Continental, y mas tarde emergió Sniace como
un monstruo de la industria en nuestra provincia. La gente compró bicicletas
como medio privado de comunicación cercana, y cuando la situación comenzó a
florecer aparecieron Vespas y Lambretas, que mitigaron el sufrimiento del
constante pedalear para llegar a los sitios.
Crecieron la industria y el comercio, y comenzó el
paulatino retorno de los emigrantes
españoles. Como por arte de magia España entera se plagó de Seat 600. Vinieron
a veranear las francesas, y a nosotros se nos abrieron los ojos grandes como boquerones de un pajar para contemplar los
bikinis de colores, y no necesitamos estrujar demasiado la mollera para imaginarnos lo poco que les quedaba debajo.
Fraga
inventó los Paradores Nacionales de Turismo, los alemanes descubrieron las
Baleares y los ingleses la Costa del Sol.
Se
seguían contando chistes de Franco, que era el único protagonista de todos los
actos políticos habidos en el País. El hombre, que inauguró una docena de
pantanos en nuestros ríos más
importantes, se sentía feliz entrando bajo palio en las catedrales, y alcanzaba
el climax de la satisfacción personal,
en los actos públicos cuando se veía aplaudido por miles de personas que le
vitoreaban con gritos de Caudillo y
Generalísimo. Los borrachos de todas
las tascas del país, además de cantar el Asturias Patria Querida, cantaban
también, “Franco, Franco, Franco, no vemos el modo, de que salga otro como tú
en el No-Do”, que era el noticiero que se proyectaba en todos los cines antes
de la película.
Después
Franco se murió, y lloraron los que a su sombra vivieron espléndidamente. La
mayor parte de la gente que en vida le aplaudió a rabiar, se quitó la chaqueta
y se quedó en mangas de camisa, a la espera de ver cual era el nuevo color que tenía que
comprar, y cuando al fin llegó la tan esperada Democracia, cada cual
vistió el color de chaqueta que le dio la gana.
España
se desmembró en diecisiete Autonomías.
Hubo además de la Familia Real un Presidente del país con sus ministros correspondientes,
sus senadores, sus diputados, sus directores generales, sus subdirectores, sus consejeros, los consejeros de los
consejeros, y todos los etcéteras que tu quieras añadir. Los diecisiete
Presidentes de las correspondientes Autonomías, nombraron consejeros para que les aconsejaran en todas
las materias que ellos ignoraban, que más o menos debían de ser todas;
nombraron directores, subdirectores y otra retahila de etcéteras… Unos y otros
se asignaron unos sueldos cuyas cifras dan escalofríos y unas prebendas que al
escalofrío le añaden fiebre de cuarenta grados, y cuando les asalta la menor
duda de que sus ingresos puedan mermar, lo solucionan subiéndonos los
impuestos.
El
que arreglaba zapatos levantó el suyo del pedal del coche que conducía, y le
llamó “desaceleración” a la consecuencia de su mala gestión, y el que en la oposición
tanto rajaba, rajaba, y… rajó… y, llegó al poder para no solucionar los
problemas del paro, que hasta hoy no ha dejado de crecer.
Vuelven
a emigrar los jóvenes a Alemania, pero
como la Merkel no tiene nada de tonta sólo admite titulados con conocimiento de
la lengua, y como los que mandan y cobran esos sueldos de escalofrío no pasan
hambre, se olvidaron de retomar los comedores de Auxilio Social, donde puedan comer de esos cinco millones y pico de parados que tenemos en España, cuyos
hijos no mueren de hambre gracias a Cáritas, y a la generosidad de sus
colaboradores…
Con
esto termino, rogándote que no me hagas mucho caso, porque soy profano en
cuestiones de política y economía… Sólo cuento la historia como mis cortos
alcances me dan a entender, y te pido
por favor que me aclares los puntos en que no estés de acuerdo...
Jesús González ©
2 comentarios:
Ay madre!!! Gracias por poner en unas letras, lo que piensan las gentes de a pie. ¡Plas, plas, plas...
Un abrazo.
Lines
Mås razón que un santo. Yo me digo:
Dato 1: En España, nunca la renta per capita fue tan alta coko ahora.
Dato 2: En España nunca ha habido tanto parado como ahora.
Incógnita: ¿Cómo se come?
Resultado: Hay CAPITAS y capitucas.
P.D.- ¡Vaya pragmatismo el del afilafor!
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