domingo, 16 de febrero de 2014

PELOTAS DE GOMA






            He dicho muchas veces que no leo los periódicos.  De vez en cuando los hojeo y los ojeo. Pero nada más. Antes me daba así como vergüenza confesar lo que dejo dicho. Ahora ninguna. Descubrí hace tiempo que enterarte de lo que dicen los políticos no es más que enterarte de necedades. Y necios los encuentras en cualquier lugar sin necesidad de leerlos. Tampoco soy muy amante de los deportes, así que para qué perder el tiempo enterándote de que lo que ayer dijeron que era blanco hoy te dicen que es negro…

            Pero veo un poco la televisión, y aún sin poner mucha atención, siempre me entero de algo. Me enteré de lo de los subsaharianos queriendo entrar en Ceuta, y el rechazo que hizo la guardia civil disparándoles pelotas de goma.

            Lo primero que hice fue ponerme el la piel de cada  uno de ellos, y me estremecí: Cansado, exhausto, empujado por el hambre a nadar con decisión hacia un mundo esperanzador, y encontrarme rechazado por ráfagas de fusíl. Atrás la familia,  la mujer,  los hijos,  los padres  cuyos sollozos sólo mitigaban el sueño de una vida mejor, y de pronto el más cruel de los fracasos.

            Ahora los medios de comunicación informan de que las autoridades piden explicaciones a la Guardia Civil.

            A mi pobre intelecto algo le dice que no es precisamente a la Guardia Civil, sino a alguna persona en concreto perteneciente a la guardia civil a quien hay que pedir responsabilidades. Las órdenes son órdenes, y hay que cumplirlas. Las órdenes alguien las dio, y a los demás no les quedó más remedio que cumplirlas.  La Guardia Civil como institución siempre fue y sigue siendo una de las muchas, (o pocas),  cosas decentes que tenemos en España. A pesar de todo, mi apoyo y respeto  al cuerpo del uniforme verde.

             Jesús González ©

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