He
dicho muchas veces que no leo los periódicos.
De vez en cuando los hojeo y los ojeo. Pero nada más. Antes me daba así
como vergüenza confesar lo que dejo dicho. Ahora ninguna. Descubrí hace tiempo
que enterarte de lo que dicen los políticos no es más que enterarte de
necedades. Y necios los encuentras en cualquier lugar sin necesidad de leerlos.
Tampoco soy muy amante de los deportes, así que para qué perder el tiempo
enterándote de que lo que ayer dijeron que era blanco hoy te dicen que es
negro…
Pero
veo un poco la televisión, y aún sin poner mucha atención, siempre me entero de
algo. Me enteré de lo de los subsaharianos queriendo entrar en Ceuta, y el
rechazo que hizo la guardia civil disparándoles pelotas de goma.
Lo
primero que hice fue ponerme el la piel de cada
uno de ellos, y me estremecí: Cansado, exhausto, empujado por el hambre
a nadar con decisión hacia un mundo esperanzador, y encontrarme rechazado por
ráfagas de fusíl. Atrás la familia, la
mujer, los hijos, los padres cuyos sollozos sólo mitigaban el sueño de una
vida mejor, y de pronto el más cruel de los fracasos.
Ahora
los medios de comunicación informan de que las autoridades piden explicaciones
a la Guardia Civil.
A
mi pobre intelecto algo le dice que no es precisamente a la Guardia Civil, sino
a alguna persona en concreto perteneciente a la guardia civil a quien hay que
pedir responsabilidades. Las órdenes son órdenes, y hay que cumplirlas. Las
órdenes alguien las dio, y a los demás no les quedó más remedio que cumplirlas.
La Guardia Civil como institución
siempre fue y sigue siendo una de las muchas, (o pocas), cosas decentes que tenemos en España. A pesar
de todo, mi apoyo y respeto al cuerpo
del uniforme verde.
Jesús González ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario