sábado, 20 de julio de 2013

UN PECADO DIFERENTE


Los pecados capitales
creo que están incompletos,
porque cuando me levanto
otros pecados observo,
y entre cafés, ya nerviosa,
destapan antros secretos.

Siete eran los pecados,
la “pereza” está en la lista,
y la “envidia” a sus iguales,
de la “soberbia” hacen “ira”
-parecen sombríos buitres-,
y aunque de hienas sonrían
se muerden por una foto.
Es la “lujuria” consigna,
vestidos con uniformes,
hábitos o directivas…
En su “avaricia” postergan
la honradez y la justicia;
tragan por todo… ¡glotones!
en su “gula” desmedida.

Así que un nuevo pecado
llevaremos al Supremo
porque hoy, nuestra justicia,
carece de ese decreto.
Se llamará…el PELAGIS,
con letras de todos ellos.

Son iniciales que “prestan”
los siete pecados grandes
y del latín, no se tema,
retorné a la lengua madre
y “EL PELAGIS” ya traduje:
Viene al pelo, es: “IMPORTANTE”,
a pesar de que quería
de tiburón designarle.

Porque juntando pecados
se ha fundado, y no hay quien sane,
otro pecado, y van ocho,
que aún siendo los capitales,
los muestran con regodeo
y se mofan, ¡que ejemplares!

Ay de mis versos amigos,
pobres, que no estudiados,
que del hambre ya agonizan
como en siglos ya lejanos.

Si antes pasaban a muertos
entre rejas los juglares,
enrejado el religioso,
o sin delito en la cárcel,
también me veo en la hoguera
por cantar estas verdades.

La justicia no es vidente
y algunos jueces juzgados,
abogados que prosperan,
los juicios tienen retrasos…
Nada queda en la balanza
de lo que había en sus platos,
¿serán pesas espectrales
en juicio de ocho pecados?
“Quise sumar el poema,
pero un vate hizo alegato”.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
19-VII-2013

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