Mañana
12 de abril, me voy con el Inserso a Menorca. Tenía ilusión por conocer la isla
porque me han dicho que es una pasada, pero no podré hacerlo. Ando ayudado por
muletas, y además el médico me recomendó reposo hasta que me suelde el hueso.
Pero me voy.
Son
ya veintidós años los que llevo viajando con esta organización
“carrocera”, y más o menos sé lo que me
espera. Los hoteles que nos acogen
suelen ser buenos hoteles, y
aceptables las comidas. Pero… Siempre
hay un pero: no estamos en temporada, y salvo los estrictamente contratados por
Mundo Senior, todo está cerrado Y por
muy bueno que sea el lugar, siempre le veo como un jardín sin flores, y donde
moramos, una jaula de plata, y hasta de oro,
algunas veces. De oro o plata, poco importa, si sigue siendo una jaula.
Sé
perfectamente que este organismo se creó precisamente para que los hoteles no
cierren en invierno, y poder así mantener muchos puestos de trabajo. Al mismo
tiempo dan a los jubilados la posibilidad de viajar a buen precio, para que
nos relajemos, y conozcamos otros lugares. Los hay como en Canarias,
Mallorca, Benidorm o Torremolinos que
siempre están vivos porque los hoteles
son céntricos o están bien comunicados por
los servicios urbanos. Pero son los menos…
Yo,
que no puedo evitar ser el abogado del diablo a la hora de pensar, dudo si no
nos llevarán a tan apartados rincones
para de ese modo forzarnos sicológicamente a comprar los viajes turísticos que al día siguiente de
llegar a nuestro destino, se apresuran a ofrecernos a precios que considero
abusivos.
La
experiencia me enseñó a documentarme sobre lo que de interesante a conocer tiene la ciudad de turno y sus alrededores, y
luego visitarlos de forma particular alquilando un coche sin conductor. Poniéndose uno de
acuerdo con otra pareja, sale
infinitamente más barato, y mucho más cómodo
porque así nos podemos mover a
nuestro antojo.
Pero
esta vez, ¡se fastidió Triana! Por culpa del hueso roto no puedo conducir, y
aunque lo hiciera, si llegado a una población no puedo y no debo caminar, ¿para
qué lo voy a hacer? ¡Pero me voy a
Menorca! Rápidamente me mentalicé con hacer reposo en el hotel, y lo primero que
metí en la maleta es el libro que nos toca leer este mes en el Club de Lectura,
(que dicho de paso, un ligero vistazo que
le eché esta mañana, me hizo sospechar que
va a ser un auténtico coñazo). Y como entretenimiento esencial, el
ordenador para escribir algo sobre “Un Baúl Abandonado”, y cualquier otra cosa
que me inspiren diez días de vagancia en los salones y terrazas del Hotel
Aguamarina
Jesús González ©

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