miércoles, 30 de enero de 2013

CIELO



Leí esa palabra en el escrito
y me oí con violencia;
sonaba a sinrazón e inmerecido,
gratuito, a llegada inesperada.
Era bala perdida detonada en solitario
que me sonó a desierto sin oasis,
a simún huracanado que secaba mi latido
en la gélida noche.
Y fui el trueno estremecido
del nublado que, con perfidia,
fabrica el aguacero que moja escalofríos...

Un cielo despoblado de sentido,
desnudo, y sin embargo,
de amores descosido.
¿Por qué siendo tan bella esa palabra
me sonó a puro vacío?
Tal vez ese “cielo”
no esté en mi diccionario...,
mas, agradezco la embajada del Cid.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©

29-I-2013

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta crónica está facebook, en onda occidental.
Saludo