NEREIDA

Se le acabó el amor y sigue pretendiendo   
que seas para él,
que le acompañes
en su épica batalla de ensueño permanente.

Quizás no sea cruel ni tenga nombre,
quizá se encuentre, como siempre, en duda eterna
o sea el narcisista buscando la estela de tus naves,
para eclipsar de nuevo el mar
que ahora retornó, inmenso y luminoso.

Más, has de recordar que fue corsario y abordaje
y fue también ciclón
que hundió toda tu flota,
te hizo naufragar en sinsentidos
y en cantos de nereidas seductoras...

¡Recuerda, mudó el mar en barro con cielos tenebrosos!
  
Y tú, querida "Ulises",
que hoy cierras tu oído a citas de sirenas fascinantes,
pondrás, por fin, a salvo tus naves de esperanza
que pronto arribarán a puertos protegidos.

Tu lucha es el esfuerzo y es victoria,
laurel, que en la desdicha, traerá buenaventuras
y la serenidad como trofeo.
Harás con tus arrestos una balsa,
que grande y pertrechada,
navegue con buen rumbo al corazón
y alcance jubilosa ese destino.

Perfila los relieves de otros mapas
y escoge un nuevo rumbo, evita las sirenas
que cantan y equivocan los destinos de osados navegantes.

Tú fuiste en la odisea la heroína.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
21-XI-2012