viernes, 28 de septiembre de 2012

SALCINES


Me encontré esta mañana con él en Santander, en uno de los pasadizos que comunican la popular Plaza de las Cervezas con la calle Floranes. Nos saludamos, y le pregunté a cerca de un homenaje que, según había leído en un Diario Montañés de la pasada semana, le iban a hacer uno de estos días. “Si, ayer me le hicieron”. ¿Y que tal?


“Ah, muy bien. Hubo mucha gente”. Hablamos poco más: Un poco sobre su jubilación académica… Que posiblemente la próxima semana vendría por San Vicente… Le dije que allí mismo, en la esquina de Floranes con Francisco Cubría vivía mi hijo Álvaro, y me dijo que en el piso tercero de la otra esquina de la misma manzana de edificios vivía él. Yo tenía prisa porque había quedado a aquella misma hora con mi mujer. Nos dimos la mano, y no pasó más.


Quince minutos más tarde descubrí media página del Diario Montañés dedicada a comentar la Velada Homenaje que en las salas de la sede del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria, le habían hecho en la tarde de ayer la práctica totalidad de los intelectuales cantabros . Decía de él Guillermo Balbona, que Luis Alberto Salcines era profesor, guía de lectura y creaciones, activista de la plática y de los libros, antólogo, editor, y hacedor de la cultura en general, y de la poesía en particular, de un territorio propicio para ser mejores. Estuve de acuerdo en todo cuanto leí sobre él.


Un par de horas más tarde, y mientras comía tranquilamente en mi casa, vi Tele Cantabria, y escuché la entrevista que le hicieron ante las escaleras de piedra que conducen a la Biblioteca Menéndez Pelayo. De repente pensé que sus cronistas se habían olvidado de mencionar las mejores cualidades de Luis Alberto Salcines: Su modestia, su generosidad, su cercanía, y sobre todo su profesionalidad en el difícil arte (¿arte? ¿virtud?, ) de saber escuchar.


Estoy tan seguro de que cuando nos saludamos, terminaban de hacerle la entrevista para la “tele”, como de que en el montón de periódicos que llevaba bajo el brazo, estaba la crónica de su homenaje, y no me hizo la más mínima mención al respecto.


En cuanto a generosidad… Acaba de donar de su biblioteca particular a la Fundación Gerardo Diego más de setecientos documentos entre libros, revistas, separatas y suplementos sobre la historia de la poesía en Cantabria. Pero, ¿eso que es, comparado con las horas, los días, las semanas, meses y años dedicados al Taller de Escritura y Club de Lectura de la Biblioteca Municipal de San Vicente de la Barquera? Tengamos en cuenta que el tiempo para Salcines, no tiene ni mucho menos el mismo valor que puede tenerlo por ejemplo, para mí.



Jesús González ©

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jesús.
Tienes mucha razón en tus apreciaciones sobre Salcines.
Por suerte para nosotros, le conocemos y participamos de sus charlas.
Estamos rodeados de personas que nos están dando sesiones de alimento cultural y eso, no tiene precio. NOs queda agradecer y apoyar a este y otros personajes que nos rodean y ayudan a niveles tan importantes.
Somos un grupo con muchísima suerte.
Abrazo. Lines