Las farolas en silencio
lucían en el ocaso
de aquel puerto entristecido
con la lluvia del nublado.
Relumbraban en los muelles
donde se amarran los barcos
y el mar en gris se mostraba...
Y yo, lloré sin reparos.
Lloré, mi amor, en las aguas
que llenaron la bahía,
sollocé con las gaviotas
de dolor y despedida.
Los barcos blancos y quietos
se mecen con la marea
esperando, vida mía,
como yo lo hacía, esperan...
Paseo entre aquellas luces
y he llegado a la baranda,
contemplo aquel rompeolas
que a mi vida reclamaba...
Las gotas de lluvia se unen
con mi llanto, ¡te has marchado!
...
...Soñé que el cielo se abría
y volvías a mis brazos.
La luces de esa farola
han remado a mis adentros,
iluminando mi pena
y más noche en mi silencio.
A la ría subió el barro
y me fui sin las respuestas
más, me aferré a los licores
para brindar mis tristezas.
Dejé atrás esos empeños
y el amor que te tenía,
donde me hiciste promesas...,
y abandoné la capilla.
La noche atrapé, embriagada,
como barcos en la ría
y turbada, vuelvo a casa,
sin nadie, sin ti mi vida...
Las farolas de esa foto...
Ángeles Sánchez gandarillas ©
6-VIII-2012
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