miércoles, 18 de julio de 2012

EVOCACIONES



Así se titula esta exposición de pintura de Ricardo Noriega, sita en la Torre del Preboste, de San Vicente de la Barquera. Es una representación gráfica a niveles sorprendentes y la adecuada para esta sala de exposiciones, uno de los miradores urbanos más elevados e interesantes de nuestra Villa, entre otras razones, por pertenecer a la zona de edificios históricos del medievo y también, paisajísticos; sumado a la exposición pictórica del artista Ricardo Noriega, adquiere un atractivo más.

El color inunda esta sala iluminada por una balconada al sur. Hace posible viajar, dada su estratégica situación, a un espectáculo de vistas de la naturaleza, cultivos y toda la población en buena convivencia. Este edificio de la Torre del Preboste, encuadra adecuadamente toda la belleza de las obras de este pintor, ya, de por sí, originales y sorprendentes.

Su colorido y aspecto dan lugar, en el primer vistazo, a lo abstracto, conceptual o surrealista, pero, creo ver un conjunto de todo y que sin embargo, estos oleos sobre lino y tabla, tienen unos modelos específicos.

Para disfrutar de todas las artes, sería indispensable, que el autor, o en su defecto, que alguien explicara la razón y el porqué de sus trazos, del colorido y de las imágenes. Ayuda en gran medida, a reconocer cada trabajo expuesto, independientemente, de que se entienda o no, en este caso, del arte pictórico. Y así, conoceríamos las acciones que llevan a conseguir una obra, la elección de un modelo, la conquista de la idea, del esfuerzo, la aplicación de los colores y de su finalización; además, estas obras en concreto, se convierte en una poesía que rima verso a verso, trazo a trazo y que este confesado admirador de Salvador Dalí, Ricardo Noriega, nos guía y hace que desarrollemos una faceta interactiva sobre los cuadros y, rescatar imágenes que se encuentran encubiertas en sus originales creaciones.

Ricardo Noriega mezcla productos químicos, óxidos, betadine, etc.; sus contrastes de color y detalles estructurales, son extraídos de un portaobjetos que bajo la lente del microscopio, lleva aun estudio exhaustivo, con los que experimenta y obtiene determinados modelos que adapta a su óleos, tras una multitud de elaboraciones y trámites, donde sus observadores ojos y la maestría de sus manos, llenan la superficie vacía, monocolor e inerte de una tela o una tabla, con este espectáculo de obras de arte.

Quizá, una prosa poética definiría mejor la multiplicidad de esta exposición pictórica.













RICARDO NORIEGA






Recoge los colores, las formas, las ideas
y se hacen realidades el secreto de los hados,
renueva y recompone la experiencia
y surge un surrealista polícromo.


Regocija lo sensible de la historia que nos narra
en su técnica de conjuros alargados
o, casas que transforma en encantadas
y plasma e interpreta pinturas magistrales.
Se aúna el pintor con los presentes
y juntos desentrañan la magia en pinceladas.
Ciudades que son magma,
galaxias alargadas y casas selenitas
que lucen en fanales vigilantes.
Impactos en purezas de oscuras intenciones,
rompientes en las playas que torna en realismo,
danzantes que se envuelven en dragones
y en velos de rojas llamaradas,
o, en olas que circundan ballets malabaristas
en danzas y espumeo de rompientes...


Centauro, tensa el arco en nubes y batallas,
y en líneas acostadas, recalan horizontes
que estallan en matices de azules y arenales.
Se enlazan azuladas las flores de silencio,
quizá, fueran la ofrenda de un ente a muchos dioses,
y rejillas olorosas de fuegos humeantes...
Hay cuadros de emigrados que llegan a un dorado
y observan espantados, que es hoy el hambre...,
ganados a pinturas y arreglos en los barcos.
Combina mil colores y detona los ocasos,
y hay células que huelgan en simas chispeantes
que incuban el prístino en esa incandescencia.
Alguna macro foto libera de las piedras,
los grandes coloridos de ciertos minerales
que emerge en físico gaudiano
de dama que espera a su marino,
y el nácar se transmuta en efigie romana.


Tomó como modelo las sombras de los suelos,
los plásticos doblados con luces adecuadas,
resuelve alegorías de un ave, siendo ecuestre,
y buques que volaban sobre el agua.


Tejió cuatro elementos, inhaló las tempestades
que hicieron del suspiro zozobra de un aliento
sedado y ya pendido de un Jardín de Babilonia.


“Son óleos que contaron canciones de la infancia,
del cine, los tebeos, las normas y las tablas,
mancharon hoy, mis manos de tizas de colores
y tiñen de compases un sueño plasmado en realidades
de, RICARDO NORIEGA, el lirismo hecho pintura”.




Ángeles Sánchez Gandarillas ©
Julio, 2012

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