NANA DE LA NIÑA GRANDE.

Descansa niña en la nana....

Descansa, mi niña, descansa que el cielo se tiño de noche, descansa cielo en mis brazos que te llevarán los soles. Siente mi mano en tu mano y notaras las caricias cuando de tu frente aparto ese rizo que se enrisca, ese que cae mansamente y encierra en tu bella cara ese brillo indeleble, el que la nana te peina al cerrar esos ojitos, a la que adoran las estrellas y ensortija los hechizos, dando palmadas al aire entre los besos y mimos.

Ay la nana de mi niña, esa que acorta la aurora y que canta despacio en la nube soñadora. Esta es la nana tan linda que se descarga en mi boca, la que nace de los sueños, la que mil besos provoca.

¡Ay, mi niña pequeña, ay!, que te siento afanosa en tu querer y riqueza, los que la vida te otorga, entre los árboles grandes que te dan divina sombra. Ay mi niña de la nana, la que se surge de la loma, la que en la playa se sienta y a la que admiran las olas, esas que llegan rodando al arenal y a la roca para abrazarte por siempre en nanas acogedoras...

¡Ay, la nana de mi niña,

y que ya, se hizo señora!,

ay, nana, que ya no es chica

ay, es niña seductora,

ay, no perpetúes la prisa,

y descansa que ya es hora.

¡Ay, niña, que estás rendida,

ay, duérmete, soñadora...!



Ángeles Sánchez Gandarillas ©
30-VI-2012