lunes, 7 de mayo de 2012

ENEASÍLABO



¡La luna de plata brillante
que orienta al poeta, en efecto,
en brillos y empaques de un astro
que finge con luces de ensueño!

Yo quisiera escribir como tú,
el poeta, y dejar sentimientos,
y besar o amar como amaste
en poemas de amor y de fuego.

¡Fuiste insomne en notas y ensayos,
fue albor del ingrato comienzo,
donde hallaste las rimas y odas,
sinalefas o hiatos del verso.

Tú lograste de otros, poemas,
cultivaste a vates ineptos
y guardaste en una alacena
tus versos, durmientes, tan bellos.

Si fuera un poeta, estaría
creando un poema compuesto
de la luna y su brillo en lo alto
de un satélite amante, eterno...

El vate ha cantado sin pausas
ni media siquiera, es un hecho,
y yo, pobre alumna embobada
ansiaba aprender de sus versos.

Fue esta, la labor más ingrata,
copiar de quien era maestro,
me ofusqué en la rima primera
y hallé que tenía defectos.

Ya mido veloz las novenas
y a Darío ensayo con miedo,
de una cantiga Alfonsina o,
Menéndez Pelayo en cuartetos.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
6-V-2012

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